Es el primer presupuesto de la presidencia de Alberto Fernández y la «hoja de ruta» que el ministro Martín Guzmán propone para «salir de la crisis», en medio de la negociación con el FMI; la oposición busca hacerle cambios en algunos artículos.
Con el apoyo del oficialismo y de bloques minoritarios de la oposición, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de presupuesto 2021, el primero de la gestión de Alberto Fernández. Tras una sesión maratónica de más de 18 horas de debate y algunas modificaciones de última hora, el texto fue girado al Senado para su sanción definitiva.
Este primer presupuesto fue concebido por el ministro de Economía, Martín Guzmán, como la «hoja de ruta» en el camino hacia la salida de la crisis económica, y su sanción resulta vital para el Gobierno en vísperas la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pese a su importancia, el jefe de bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, decidió no dar el discurso de cierre del debate para defender la iniciativa, por lo que la oposición debió deponer sus exposiciones finales.
El resultado de la votación que tuvo lugar minutos antes de las 7, fue de 139 afirmativos, 15 negativos, y 90 abstenciones, en su mayoría de Juntos por el Cambio. El oficialismo contó con el apoyo de los interbloques Federal, que preside Eduardo «Bali» Bucca, y de Unidad Federal para el Desarrollo, que encabeza José Luis Ramón, además de la neuquina Alma Sapag.
La mayoría de los diputados de Juntos por el Cambio votó por la abstención para no obstaculizar la aprobación de una herramienta clave para el Gobierno. Sin embargo, el interbloque presidido por Mario Negri no pudo evitar la fisura: seis diputados -oriundos de Corrientes, Jujuy y La Rioja- lo hicieron a favor a pedido de sus gobernadores, mientras otros trece legisladores votaron en contra -en su mayoría de la Coalición Cívica-. En el mismo sentido, los dos diputados de izquierda Nicolás Del Caño y Romina Del Plá rechazaron la iniciativa.
La media sanción aprobada esta mañana incluye numerosas modificaciones respecto del proyecto original enviado por el Poder Ejecutivo. Las proyecciones macroeconómicas pautadas por el ministro Guzmán prevén, para el año próximo, un crecimiento del 5,5% del PBI, un déficit fiscal primario del 4,5%, un déficit financiero de 6%, una inflación interanual del 29% y un dólar a 102,4 pesos.
«El proyecto se apoya en seis pilares estratégicos: la reactivación productiva; la generación de empleo; el apuntalamiento de las capacidades de innovación; el fortalecimiento de la educación y la salud y, de manera inédita, de las políticas de género y diversidad», subrayó el presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller, tras criticar con dureza la gestión económica del gobierno de Mauricio Macri.
El legislador sostuvo que si bien no se pueden realizar «proyecciones más entusiastas» para el año próximo, las metas planteadas en el presupuesto son «moderadas, serias y cumplibles» como también «compatibles con una economía que se recupera gradualmente del impacto generado por la pandemia».
Desde Juntos por el Cambio, Luciano Laspina (UCR) y Luis Pastori (UCR) anticiparon la abstención del principal bloque opositor. «No queremos ser una oposición que obstaculice. Queremos asegurarnos de que el Gobierno tenga su presupuesto», enfatizó Laspina.
Fue la única concesión que hizo en su discurso; acto seguido, cuestionó duramente la gestión de Guzmán, a quien criticó por aplicar «dosis homeopáticas» para resolver la crisis cuando en realidad se necesitaría «una estrategia de shock». «El puente de Guzmán no nos conduce a la otra orilla: nos devuelve a la misma orilla», advirtió, y añadió que, «en el medio, la economía se va desangrando».
La respuesta del oficialismo no tardó en llegar. «A pesar del dramático impacto de la pandemia en el mundo, este es un presupuesto expansivo, es la antítesis de los presupuestos de aquellos cuatro años donde la regla era el ajuste permanente y la excepción al ajuste era el descomunal aumento de la deuda», asestó Fernanda Vallejos, mientras que su colega Marcelo Casaretto refutó la crítica opositora de que el Gobierno no tiene un plan económico.
«Por supuesto que lo tiene. Lo que no tiene es un Presupuesto de ajuste, un presupuesto neoliberal, de ese menú de opciones que dan los economistas que plantean una reforma impositiva para bajar impuestos a los ricos», enfatizó el entrerriano.
Si bien los interbloques Federal y Unidad Federal para el Desarrollo acompañaron al oficialismo en la votación en general, anticiparon sus reparos hacia algunos puntos de la iniciativa. El que más polémica genera es el que establece un fondo de $20.000 millones en concepto de subsidios para el transporte urbano en el interior del país.
«El 80% de los subsidios nacionales se destina para la Capital y su área metropolitana y el 20% para el resto del país. Con esta inequidad de distribución de subsidios no hay sistema de transporte público que aguante. Pareciera que en Argentina hay ciudadanos de primera y de segunda», advirtió el socialista Enrique Estévez.
Otro punto controvertido que también promete polémica es el incremento en los impuestos internos a los productos electrónicos contenido en la iniciativa. «Eso irá a los precios», advirtió Pastori quien, junto a su colega Alejandro Cacace, alertó que los montos asignados al pago de jubilaciones y pensiones implicarán «un ajuste» en materia de seguridad social para el año próximo.
Pese a los planteos, la postura mayoritaria de la oposición es no obstaculizar la sanción de la ley. La excepción son los bloques de izquierda, que anticiparon su voto negativo.
«El apuro del gobierno por aprobar este Presupuesto responde a un requisito del FMI para continuar con la renegociación de la deuda externa -advirtió la diputada Romina Del Plá (Frente de Izquierda)-. Este presupuesto proyecta un ajuste en educación, salud, en las jubilaciones y los salarios y mayores impuestos a los trabajadores para la enarbolada reducción del déficit fiscal y mayor endeudamiento para financiarlo, ya que la emisión monetaria nos ha lleva al borde de la hiperinflación».
Más adelante en el debate, el diputado del Pro Fernando Iglesias hizo una dura crítica contra el Gobierno, y enfatizó: «Señores, manejan el Poder Ejecutivo, la Cámara de Diputados, el Senado, casi todas las provincias, casi todos los medios, la CGT, los punteros barriales, los movimientos piqueteros. Hasta al Papa manejan, y hoy van a tener presupuesto porque van a tener los votos. Pueden cambiar lo que quieran con ese decreto indecente que le permite al jefe de Gabinete hacer lo que quiere con las partidas», señaló Red 43.