Chubut

Chubut en lucha contra la carroñería megaminera

Una dirigencia sin licencia social ha decidido usar como zona de sacrificio toda la región de la meseta central de Chubut, mientras el pueblo organizado juntó las firmas necesarias para que se trate una Iniciativa Popular que ratifica la prohibición a la megaminería. La propuesta minera del gobernador Arcioni podría ser tratada este jueves.

Luego de especulaciones y reuniones ocultas para toda la población, el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, decidió presentar su proyecto de zonificación minera. Este cuenta con el aval del total de su gabinete, sorprendiendo la firma de Fabián Puratich, ministro de Salud provincial, quien hace no mucho expresaba no querer opinar para dejar lugar a los expertos. Mientras tanto, la pandemia no termina de azotar la región patagónica y la puesta al día de los sueldos estatales en deuda no aparentan tener horizonte. Esto sirve para ejemplificar un poco la calidad institucional y dirigencial de una provincia absorbida totalmente por una crisis sin precedentes.

El accionar apurado del gobernador Arcioni y la violencia institucional encabezada por el ministro de Seguridad Federico Massoni son una reacción a la Iniciativa Popular que tomó estado parlamentario estos días, iniciativa nacida en la autogestión de un pueblo totalmente diezmado por la crisis económica y política que le toca habitar, pero con una organización duradera en el tiempo.

Sí, Mariano Arcioni, principal responsable de toda esta crisis, decidió confrontar las decenas de miles de firmas del pueblo organizado que rechaza, una vez más, el modelo minero en la provincia. Pero si pensaban que el hambre transformaría a la ciudadanía en una materia inerte que decide no tomar riendas de su destino, se equivocaron de manera abismal.

En el sentido provocativo que suele caracterizar al gobernador y su bajo nivel de elocuencia a la hora de poder comunicarse, el día jueves 19 de noviembre, decidió declararle la guerra tanto a su propio electorado como a los demás habitantes, con una frase más que desafortunada: “Somos una Provincia minera, no me van a callar 500 ruidosos”. Para entender la gravedad de este asunto, hay que retrotraerse al año 2017, cuando, en su campaña para llegar a ser diputado nacional, se paseaba por programas de televisión manifestándose contra este modelo de Provincia y resaltando las posibilidades de un desarrollo sustentable a partir del cuidado de la belleza natural de los Patrimonios de la Humanidad que se encuentran en Chubut.

¿Qué dice la zonificación de la meseta presentada?

Cuando de Chubut se trata, siempre es menester recordar la ley 5.001 que se encarga de establecer la prohibición de la actividad metalífera a cielo abierto y el uso de cianuro para la misma. Con el nuevo proyecto, se establecen cuatro zonas de asentamiento:

Zona 1: prohibición en el Cauce del Río Chubut, resultando esto totalmente cínico, ya que el uso de los recursos hídricos no serán traídos por las empresas con sedes en el “progresista” hemisferio norte.

Zona 2: región de amortiguamiento para los cauces hídricos de una extensión de 5 km alrededor de sus márgenes. Este punto particular deja establecido, de todos modos, que en caso de que sea necesario, se podrá tomar como área permitida para la actividad minera.

Zona 3 y 4: regiones entregadas al saqueo a partir de la anulación de las leyes ya establecidas.

En cuanto a lo económico, se eleva con bombos y platillos la posibilidad de aumentar la renta a un 5% como si fuera una victoria sobre la soberanía territorial, pero que, al ver cómo han manejado las regalías petroleras, poniéndolas de garantías en la deuda usurera que acecha la provincia, lejos se posiciona esto como una victoria. Solo es un nuevo billete de cambio para entregar a los mercados de deuda extranjera que tanto ama el gobierno provincial.

En resumen, una dirigencia sin licencia social para estas prácticas ha decidido usar como zona de sacrificio toda la región de la meseta central de Chubut, escudándose en que pretenden ayudar a las pequeñas comunidades olvidadas por todas las distintas gestiones. Una canallada sin precedentes teniendo en cuenta que dichos pueblos también han alzado su voz en rechazo a estos proyectos y que existen muchas opciones mejores para saldar esta deuda histórica de la Provincia con el bienestar de las poblaciones más relegadas.

El problema es el modelo

Algunos días atrás, Alberto Hensel, secretario de Minería del Gobierno de Alberto Fernández, contestaba a un medio de Comodoro Rivadavia que “no se puede entrar en un estado de asamblea permanente, porque después nos preguntamos por qué no exportamos más”. Y acá lo que es necesario preguntar es: ¿Qué hace un abogado con un palmarés de rechazo social, producto de su afinidad con la Barrick Gold en San Juan, ocupando dicho cargo? Este hombre, que se encuentra lejano a la realidad chubutense, debería al menos dejar en manos de los ciudadanos dicha decisión. Pero, ¿qué se puede esperar de un encubridor del mayor desastre minero que tuvo el país como lo fue el derrame de 1.070.000 litros de solución cianurada en los ríos de San Juan?

¿Argentina necesita exportar para poder empezar a sanear las cuentas de un Estado desguazado en los años anteriores? Sí, pero apuntando a un modelo productivo del siglo XXI. La urgencia que trae la deuda con el FMI y sus condicionamientos, ante un país que de soberano cada vez tiene menos, debe tener la audacia y creatividad de establecer una matriz productiva con énfasis en la sustentabilidad para llegar a la tan pregonada justicia social.

Actualmente, el Frente de Todos cuenta con una de las mayores pujas internas en cuanto al ambiente y eso se ve en las distintas formas de accionar del Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo. Por un lado, se aprueban leyes ambientales por mayoría, pero, por otro, se incentivan prácticas destructivas con el fin de poder cubrir la deuda a la que estamos sometidos. Una vez pagada esta, si decidimos ir por el mismo camino de siempre, se seguirá ampliando el horizonte agrícola para exportar los mismos granos, exportando el crudo de las extracciones metalífera y petroleras, y pasaremos a vivir dentro un territorio de 2.78 km^2 con el cartelito de pasivo ambiental. Y eso también es una deuda y muchas veces de condiciones verdaderamente impagables.

Cuando Alberto Fernández, apuntando desde el discurso a incurrir en un modelo federal de país, dice “que cada argentino viva, se desarrolle y muera en su ciudad”, lejos está de desincentivar la migración de argentinos a las grandes urbes si lo que hay detrás de la espalda del cordón de soja (Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires) sólo es empleo golondrina para financiar los dólares de las capitales al ritmo de retenciones que encima van a la baja.

Actualidad de la resistencia anti-minera

En los últimos días, han ido aumentando las manifestaciones desde la Cordillera hasta el mar argentino de un pueblo cansado de las tomadas de pelo y que, a pesar de la complicada situación sanitaria, siente la necesidad de poner el cuerpo a esta causa. Su causa. Esto deja en claro el descuido total para con la población por parte de Mariano Arcioni, quien quedará en la historia como el peor gobernador de la historia de la provincia y que ya cuenta con la peor imagen pública de los gobernadores del país.

La Iniciativa Popular y el Proyecto del saqueo ya se encuentran en la legislatura en vísperas de ser tratados. El día martes de esta semana, se empezó con el tratado de las comisiones para analizar los proyectos de ley junto a una inmensa movilización que tuvo la región valletana de la Provincia hacia la legislatura ubicada en Rawson y que se vio involucrada la represión policial tan común en el último tiempo. Al finalizar la sesión, policías de civil, negándose a dar sus nombres, interceptaron asambleístas que fueron detenidos durante unas horas. Esto deja en claro que, cuando entra la minería, la democracia se ve disminuida poco a poco.

En el marco legislativo, si bien son varios los diputados posicionados en contra de dicha zonificación, hace mucho ruido la cantidad de indecisos. En su mayoría, representantes del bloque Chubut al Frente, del oficialismo chubutense que cuentan con un sencillo dilema: traicionar a la provincia que dicen defender o traicionar a un gobernador que lleva meses de acefalía dirigencial, condenando su imagen pública al recuerdo eterno de la violencia institucional con la que deberán llevar a cabo este proyecto, porque la licencia social se ve en las calles y ya se dijo que no es no.

A pesar de los intentos precoces de silenciar la lucha por parte de diarios como El Chubut y Jornada, brazos principales del lobby minero en la provincia, continúan creciendo día a día las adhesiones a la manifestación en favor del agua por parte de otras provincias.

Este jueves 26 de noviembre, la Legislatura vuelve a sesionar y Chubut necesita más que nunca el apoyo de todo aquel que sienta un mínimo amor hacia la naturaleza para poner en el cielo un solo grito de no a la megaminería. Ni hoy ni nunca.

* Por Iván Manrrique Hughes para La tinta

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