Los temas que están sobre la mesa de “la Argentina ambiental 2021” se ven atravesados por estos cuatro ejes y todos los desafíos que se plantean en el nuevo año se mueven en función de ellos y se asientan sobre una palabra clave: implementación.
La pandemia agudizó la ya de por sí preocupante situación ambiental del país, al tiempo que empeoró unas condiciones económicas en constante deterioro durante la última década. La suma de ambos factores compone un escenario que, según quiera verse, podría ser la ocasión para iniciar una transformación de fondo o de dar nuevos pasos hacia un escenario insostenible.
Estos son algunos de los principales temas ambientales que Argentina deberá enfrentar este 2021.
“La realidad nos indica que necesitamos más divisas para cumplir con los compromisos financieros adquiridos a la vez que tenemos la obligación de rescatar de la pobreza a más del 50 % de la población. Y debemos hacer ambas cosas respetando el ambiente”, plantea Alejandro Brown, presidente de la Fundación ProYungas e impulsor de canales de diálogo entre sectores hasta ahora enfrentados —la producción, el poder político y el ambientalismo—.
Brown sostiene que “es imposible salir del pozo en tanto sigamos alentando la confrontación”, y asegura que es necesario buscar consensos pues esa es la piedra fundamental para iniciar los procesos de transformación que, a su juicio, resultan indispensables para alcanzar todas las metas económicas y ambientales. Su propuesta, sin embargo, parece difícil de ejecutar en un país en el que las divisiones son el pan de cada día.
En su última declaración durante la Cumbre de Ambición Climática realizada en diciembre de 2020, el presidente Alberto Fernández anunció que, en relación al compromiso adquirido en 2015, Argentina aumentaría en un 25,7 % la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hacia 2030. “Sin duda es una buena noticia”, subraya Manuel Jaramillo, director ejecutivo de la Fundación Vida Silvestre Argentina, “aunque eso implica que a partir de 2021 habrá que empezar a desarrollar los planes sectoriales en los diferentes ámbitos productivos e implementar las medidas necesarias para reducir las emisiones”. Allí, justamente, se sitúa el punto donde comienzan las discusiones.