Al sur de los Urales, la extensa llanura que caracteriza esta parte de Rusia guarda una preciosa herencia dejada hace millones de años por un antiguo volcán que entonces se encontraba en el fondo marino. Ahora en su lugar, en la localidad de Gai, yace un enorme depósito subterráneo de minerales de cobre-pirita.
El depósito fue descubierto por los geólogos a mediados del siglo XX y desde entonces empezó la extracción a gran escala. Además de cobre, el yacimiento contiene zinc, plomo, azufre, oro, plata, así como varios elementos raros.
Hasta el momento la mina ha explorado yacimientos hasta una profundidad de 1.700 metros y tiene el aspecto de una verdadera ciudad bajo tierra. A una profundidad de 1.075 metros no se siente la humedad, ya que la mina está bien ventilada y el aire es relativamente fresco.
El depósito consiste en una estructura de varios pisos que constan de una red de túneles horizontales, a lo largo de los cuales se desplazan los transportadores para personas y minerales, máquinas perforadoras y otra maquinaria.
La longitud total de las carreteras subterráneas, por las que pueden circular vehículos, es de 250 kilómetros. Para evitar posibles accidentes, en 26 intersecciones fueron instalados semáforos especiales, protegidos por una carcasa a prueba de explosiones.
Los muros también están reforzados por motivos de seguridad. Además, todas las carreteras subterráneas están bien iluminadas y en las paredes se instalaron cables de comunicación.
Los pisos están conectados por ejes verticales, a través de los cuales los minerales suben a la superficie. Los ascensores aquí se mueven a una velocidad mínima de ocho metros por segundo cuando transportan a humanos, pero si solo llevan carga se mueven mucho más rápido.
En la mina a menudo se escuchan explosiones, puesto que las excavaciones se realizan mediante el método de perforación y voladura.
Para crear túneles horizontales se utilizan equipos de perforación diésel hidráulicos que se desplazan por los túneles y perforan estrechos canales en las paredes, o pozos, de hasta 3,7 metros de largo, donde se introducen cargas explosivas. Después de la explosión, los minerales y rocas fragmentados se sacan con un transportador especial.
La maquinaria que trabaja en los túneles casi nunca ve la luz del día, de manera que los talleres para la reparación y el mantenimiento de transportadores, camiones volquete y equipos de perforación están bajo tierra, dentro de la mina.
Todos los trabajadores llevan en el casco una linterna equipada con un sensor que interactúa constantemente con los receptores ubicados en la mina y que están conectados por cable con la sala de control. De esta manera, un responsable puede ver en la pantalla de control cuántas personas hay en la mina.
Desde 1999, la planta de procesamiento y minería de Gai forma parte de la Compañía Minera y Metalúrgica de los Urales, que en la explotación produce principalmente concentrados de cobre y zinc. En enero de este año, la planta procesó 839.969 toneladas de mineral y produjo 7.989 toneladas de concentrado de cobre y 63 toneladas de concentrado de zinc.