“Esteban Andrada”, “Santiago Salieri”, serian algunos de los alias que manejan individuos que pertenecerían a la planta política de Massoni, algunos… según se dice, hasta serían miembros de la brigada de investigaciones de la Policía de Chubut.
Ante las constantes pujas por un sector político de la provincia para que renuncie, el ministro de Seguridad habría desempolvado a su ejército de “Trolls” y “Hackers”, para inundar las redes de mensajes de apoyo hacia su persona y en el peor de los casos producir incitaciones a la violencia con publicaciones de mensajes amenazantes como: “Si se va Massoni que quilombo se va armar!”
Según nuestras fuentes internas aunque parezca mentira habría un sector del Ministerio de Seguridad dedicado exclusivamente al seguimiento por las redes sociales de opositores al régimen de Massoni; se dedican a espiar el contenido de los perfiles y hacer averiguaciones para conocer sus movimientos personales.
También se encargarían de llevar a cabo trabajos estadísticos mediante creaciones de páginas en el gigante social, para saber cuánto mide en el público la figura del ministro de Seguridad; algunos ejemplos serían creaciones como “Te banco Massoni”, “Amarillos Taurelli”, entre otras.
Pero una de las funciones alternativas del ejército de “trolls” sería la de atacar a los detractores de Massoni mediante insultos y en algunos casos, proceder a hacer algo similar a “carpetazos”, exponiendo aspectos de la vida privada de quienes critican al ministro en redes sociales como Facebook.
Pero como siempre sucede en este tipo de cosas, la minuciosidad y lo sutil llega un momento en que se evaporan por completo y el fanatismo aparece… ahí es cuando estos sujetos pierden la cabeza y se les va un poco la mano defendiendo a quien les llena los bolsillos; más o menos como se puede ver en este caso: “Santiago Salieri”, fanático de “Los Redonditos de Ricota”, quien dice haber nacido en Comodoro Rivadavia, residir en Rawson, porta una foto de perfil vaya a saber uno robada de quién y al parecer se muestra muy preocupado por lo que publica este medio…
La realidad es que quienes están detrás de estos perfiles falsos son personas particularmente bien informadas sobre quienes se manifiestan en contra de Massoni, y formarían parte de un grupo de la planta política comandada por la SSIEIC (Subsecretaría de Seguridad Informática e Inteligencia Criminal), bajo el cargo del mano derecha del ministro, el subsecretario Federico Pérez Mariani.
Esa dependencia del Ministerio de Seguridad contendría en su interior una Dirección de Inteligencia Criminal compuesta por personas con conocimientos en “Hacking” o piratería informática, seleccionados con precisión por Massoni en la época en que éste revestía el cargo de ministro de Coordinación de Gabinete (año 2019).
Se dice que este grupo se habría encargado de hackear cuentas de Facebook, Instagram, etc; para obtener información de determinadas personas; aparentemente habría trabajado en esas áreas hasta un ex – empleado de la compañía “Sony Erickson”.
Más tarde, esa cartilla se disolvería y se crearía el Ministerio de Seguridad designándose de nuevo a esa misma gente que se encontraba en esas oscuras dependencias.
Estos grupos no estarían organizados solamente para “espiar” a los opositores, sino también para vigilar las publicaciones de quienes dejaron de desempeñarse en el ministerio y procurar que éstos no violen el “convenio de confidencialidad” que les hacen firmar para evitar que se divulguen las operaciones llevadas a cabo por el organismo.
De todas formas este intento de “campaña” presuntamente impartido por Massoni, nos demostraría que estaría muy mal asesorado; cualquier político con experiencia se daría cuenta el desatino que implica este tipo de medidas, que lejos de mejorar la decaída imagen positiva del ministro de Seguridad estaría derrumbándola y con creces.
Cuando usted se irrite el cuero cabelludo de tanto rascárselo mientras se pregunta porque el gobierno de Arcioni todavía sigue atrasado con el pago de los sueldos, considere que el dinero que “falta” iría a parar en estas operaciones, duele… lo sabemos.