El presidente Alberto Fernández llegó a Chubut el sábado pasado con casi $1000 millones, entre ATN, fondos para viviendas, obras públicas y hasta un avión con alimentos para las víctimas de los incendios.
Después del ataque con piedras a la comitiva presidencial, el humor presidencial para con el gobernador Mariano Arcioni cambió de manera radical. “Se terminó. Esto fue un antes y un después, confirman cerca del Presidente, con la idea de “revisar” de aquí en más la cuantiosa ayuda financiera que el gobernador solicitó-y obtuvo-durante el año pasado para atender los múltiples conflictos-salariales y de los otros-que surgieron durante su gestión.
Fuentes oficiales, dentro y fuera de la Casa Rosada, hacen memoria. Luego de obtener su reelección, y ya con Fernández en el poder, Arcioni reclamó unos $24.700 millones para pagar sueldos y apagar conflictos sindicales, algunos de los cuales (como el de empleados públicos y docentes) se extendieron durante meses.
A través de los ATN que maneja el Ministerio del Interior de Eduardo de Pedro, y préstamos del Fondo Fiduciario para del Desarrollo Provincial (FFDP) manejado por Interior, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro de Economía, Martín Guzmán, Arcioni recibió unos $10.000 millones, a los que se suma la autorización a la provincia de un endeudamiento en Letras del Tesoro por $2.300 millones. Saldos de caja y bancos por $3.621 millones y un incremento de deuda flotante conformaron el “paquete 2020” con el que Arcioni viene capeando el temporal, aunque informes técnicas hablan de un faltante de $10.600 millones de salarios públicos adeudados (los sueldos estatales más bajos están al día). “Ligó por todos lados”, afirma un funcionario con conocimiento del peregrinaje de Arcioni por distintos despachos, a la caza continua de fondos. El total de fondos recibidos en 2020 en transferencias automáticas y no automáticas de todos los ministerios es de $45.000, según fuentes del Gobierno.
Para colmo, Chubut es de las provincias más endeudadas. Según datos del Ministerio de Economía, su deuda pública es de $882 millones, doce veces más que su vecina Santa Cruz. Emitió títulos en moneda extranjera por U$S 687 millones durante su primer período de gestión, garantizados el 100 por ciento por regalías petroleras. Los bonos provinciales vencen en 2023 y 2026, con lo cual el endeudamiento de la provincia amenaza con extenderse más allá del fin de su gestión. Un funcionario recuerda las “recomendaciones” en tono serio que Guzmán, Cafiero y De Pedro le hicieron al gobernador en una reunión privada para que modere su deuda hacia mitad del año pasado, cuando llegó a reclamar fondos para atender la pandemia.
“Se equivocó, nacionalizó él solo un conflicto que era provincial”, dicen en la Casa Rosada en relación a la decisión de Arcioni de presentarse en Lago Puelo, contra las advertencias del Gobierno y a sabiendas que allí estarían los militantes anti-minería que finalmente atacaron el convoy presidencial, y también mediante las críticas directas que su ministro de Seguridad, Federico Massoni, hizo a la Casa Militar y los encargados del operativo de custodia enviados por el Gobierno.
En Balcarce 50 se tomaban con humor las declaraciones del interventor de Yacimientos Río Turbio, Aníbal Fernández, quien calificó de “aficionado” el operativo de seguridad provincial, y afirmó que “si algo le pasaba al Presidente, a Arcioni lo cuelgo de las b….”. Más diplomático pero igualmente duro había sido De Pedro, que en simultáneo con declaraciones del Presidente criticando a “los idiotas que tiran piedras” recordó “la gran cantidad de problemas sin solución que acumula la provincia” antes de criticar a Arcioni por “atacar al intendente de Lago Puelo (Augusto) Sánchez que está trabajando junto al Presidente para asistir a la comunidad” en lugar de “reconocer su responsabilidad en los hechos de violencia”.
Mientras piensa en un armado para 2021 y 2023 desde los intendentes kirchneristas, y aunque el Presidente sigue enojado con Arcioni, en el Gobierno aseguran que, de todos modos, nadie hará nada para “hacer caer” o generar más problemas al gobernador. “Ni (Sergio) Massa lo defiende, pero no queremos que paguen los chubutenses”, asegura un funcionario bien informado, que también se pregunta como hará Arcioni para afrontar las obligaciones de marzo, ahora que el vínculo con Balcarce 50 parece haberse roto de manera definitiva.