Pintoresco y representativo de lo vivido el año pasado, ayer se inauguró en el Hospital Andrés Ísola el mural “Héroes sin capa”, una obra del artista local Claudio Segundo. La obra realizada tiene una extensión de 3.50 × 3.10 metros y está plasmada en una pared del primer piso donde se encuentran los Servicios de Patologías Prevalentes y Residencias de Enfermería.
Se buscó dejar plasmado el esfuerzo, estrés y vivencias por parte del personal de Salud durante el 2020, un año atravesado por la pandemia de Covid-19. “Fue bastante difícil hacerlo. Estuve charlando mucho con trabajadores de salud, enfermeros, doctores, gente administrativa para lograrlo. Busqué imágenes que yo creí y sentí que las podía representar, que fueron las que plasmé”, relató el autor de la obra.
Claudio contó que luego de hacer el bosquejo inicial, fue modificándolo con las charlas que tuvo con los trabajadores, para luego sí comenzar a pintarlo, durante horas de la tarde, a lo largo de unos siete días.
“Es como un homenaje a quienes trabajan en la pandemia. Ojalá haya sido un mural por el cierre de la pandemia, pero hablan que se viene la segunda ola y hay que cuidarse para que ellos no tengan tanto trabajo”, señaló Claudio.
“FUE UN AÑO MUY ESTRESANTE”
Así lo expresó Yolanda Idiarte, jefa del Departamento de Enfermería: “Lo que representó Claudio en esta obra de arte es el resumen de lo que fue el 2020. Fue un año muy estresante para todo el equipo de salud, desde enfermería, personal médico, estadísticas, maestranza, choferes. Fue un trabajo muy duro.
Empezamos en marzo con toda la parte de la logística, para ver cómo podíamos ir avanzando. Cuando nos agarró el pico de la pandemia en agosto, era otra la situación: nos tuvimos que enfrentar a la situación de tener a todos los pacientes en el Hospital. Y es tal cual como lo pinta el mural: así estaba el personal de Salud. Hoy podemos decir que estamos un poquito más aliviados”.
Asimismo, Idiarte recordó “cuando veíamos por televisión las imágenes de Europa que mostraban al personal con las caras marcadas y lastimadas por los equipos, pensábamos que era raro, y acá lo vivimos luego”
Remarcó que el personal del Hospital “entraba en el turno y era imposible salir hasta que lo entregaban, entonces eran seis horas que estaban con ese equipo todo el tiempo, viviendo con una enfermedad con alto índice de mortalidad, y eso fue lo que estresó más; saber que estás con un paciente con muy pocas posibilidades de salir”.