Productores rurales de la Patagonia están incorporando burros a sus rodeos para proteger al ganado de ataques de depredadores. La tendencia, que se extiende rápidamente, forma parte de un proyecto productivo más amplio que apunta a la comercialización de carne y cuero.
Una solución natural y eficaz gana terreno en los campos de la Patagonia. Cada vez más productores agropecuarios de la región están adoptando una práctica ancestral con un nuevo propósito: utilizar burros como protectores del ganado vacuno y ovino ante la amenaza de pumas, zorros y otros depredadores. Este método, impulsado por experiencias positivas y el «Proyecto Burros Patagones», combina el manejo sustentable con una potencial nueva línea económica para el sector.
El productor Julio Cittadini, impulsor del proyecto, explicó a través de una entrevista radial que la conducta territorial y defensiva del burro lo convierte en un guardián ideal. «El burro tiene una actitud muy positiva con respecto al cuidado del ganado y a la defensa de su territorio», destacó.
Una defensa natural, instintiva y eficaz
La incorporación de burros no responde a un adiestramiento complejo, sino a la explotación de su instinto natural de protección. Según Cittadini, estos animales reaccionan de manera «consistente, rápida y eficaz» ante la presencia de un predador, defendiendo el territorio que consideran propio y, por extensión, al resto de los animales que lo habitan.
Este comportamiento, documentado en registros audiovisuales de distintas partes del mundo, ha convencido a numerosos productores locales. Cittadini relató que varios de ellos ya «llevaron tres burros al campo justamente para cuidar el ganado», confirmando la rápida adopción de esta herramienta preventiva en áreas rurales con fauna silvestre.
Más que guardianes: un proyecto con doble propósito económico
La iniciativa va más allá de la protección. El «Proyecto Burros Patagones», que Cittadini lidera, tiene un objetivo económico claro y un doble eje. En primer lugar, busca desarrollar un mercado de carne de burro, una proteína con nicho específico. En una segunda fase, el proyecto apunta a una etapa industrial vinculada al cuero, cuyo rendimiento y calidad podrían representar un aporte significativo para la economía regional.
La provisión de animales para la guarda del ganado es, dentro de este esquema, una rama complementaria que atiende una necesidad concreta de los productores. «En este momento tengo 100 adultos más toda la parición que se está produciendo», informó Cittadini, lo que consolida una base reproductiva sólida para abastecer ambos mercados.
A la espera de una autorización clave para crecer
El proyecto avanza, pero aún enfrenta un trámite administrativo crucial. Cittadini señaló que se encuentran a la espera de una autorización vinculada al saneamiento animal, cuyo trámite se encuentra en una etapa final. La resolución de este permiso permitirá ordenar los procesos productivos, proyectar nuevas metas y darle un marco sanitario formal a la actividad, que por ahora se desarrolla con una estructura ya instalada y un interés creciente.
La adopción de burros como protectores del ganado refleja una vuelta a soluciones prácticas y de bajo costo, en sintonía con un manejo más natural de los establecimientos rurales. Mientras el «Proyecto Burros Patagones» espera la autorización que le permitirá escalar, su éxito preliminar demuestra que la innovación en el campo a veces puede llegar de la mano de los animales más tradicionales, encontrando en una especie histórica un nuevo rol como guardián y una potencial fuente de diversificación productiva. Información extraída del medio La17.




