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La propagación de Covid-19, una nueva amenaza para Haití

La Organización Mundial de la Salud señaló que el país corre el riesgo de agravar su crisis sanitaria con respecto al coronavirus, luego del terremoto que azotó la región el pasado 14 de agosto.

La ONU advirtió sobre el riesgo de agravamiento de la situación sanitaria relativa al coronavirus en Haití, con contagios masivos y variantes más contagiosas que la original, tras el terremoto del 14 de agosto.»

La posible introducción de nuevas variantes más contagiosas y peligrosas que aún no han llegado a la isla es especialmente preocupante durante las semanas y meses posteriores al terremoto, ya que el sistema sanitario del país carece de capacidad para responder a un brote de Covid-19″, admitió en su balance la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Tras el terremoto que asoló la región sur de Haití, llegaron cientos de trabajadores humanitarios, personal médico, socorristas y otros, para ayudar en las tareas de rescate de sobrevivientes, atender a los heridos y coordinar la ayuda. Dos semanas después del temblor de 7,2 en la escala de Richter, muchos hospitales continúan desbordados por la afluencia de pacientes, y al menos 25 infraestructuras sanitarias colapsaron, aumentando la presión en los centros de salud restantes.

En este contexto, solo 3.360 personas completaron su ciclo de vacunación anticovid y 25.717 se inocularon con la primera dosis de Moderna hasta el 26 de agosto, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.»Con menos del 1% de los 11 millones de habitantes de Haití vacunados contra la Covid-19, la población sigue corriendo un alto riesgo de transmisión, especialmente si se tiene en cuenta la falta de vacunas adquiridas», señaló la ONU.A mediados de julio el Ministerio de Salud inició la campaña de vacunación con 500.000 dosis donadas por Estados Unidos, a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, sin embargo enfrenta la reticencia de los ciudadanos que no confían en el fármaco o en las autoridades sanitarias.

Sin mascarillas ni respeto por el distanciamiento físico, con miles de familias hacinadas en refugios improvisados y poco acceso al agua potable, una propagación incontrolada de la enfermedad agudizaría la situación del país azotado por desastres naturales, disturbios políticos y pobreza.

La ONU alentó a tomar en cuenta esta realidad para que la acción humanitaria no tenga consecuencias negativas en las personas a las que pretende ayudar, como ya sucedió en 2010, cuando tras el mortal terremoto fuerzas militares del organismo internacional introdujeron el cólera con un saldo de 10.000 víctimas mortales.

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