Desesperada la cúpula policial y temiendo que la mayoría de las comisarías se adhieran al reclamo, bajaron líneas estrictas a los jefes policiales afines, para que amenacen a los efectivos que pretendan hacer la retención individual del servicio.
Esto comenzó a suceder anoche, cuando los superiores percibieron un clima caldeado entre sus subordinados a raíz de la falta de respuesta sensata por parte del poder ejecutivo provincial.
Los jefes policiales de dependencias reunieron a los turnos y comenzaron a pasar lista preguntando a cada uno si iban a hacer retención o no, aquel que contestaba afirmativamente era incluido de inmediato en una “lista negra”.
Cabe aclarar, que estos comisarios también resultan damnificados por la paupérrima retribución salarial al igual que sus dependientes, pero sin embargo eligen ceder a la bajada de línea de la plana mayor, creemos que por miedo.
En cambio, la plana mayor policial, conformada en su totalidad por comisarios generales que ostentan cargos de directores y secretarios de diversas áreas de Jefatura de Policía (ya vamos a estar haciendo nuestra “lista negra” también de ellos en un artículo próximamente), no se ven afectados en sus bolsillos, puesto a que el más pobre de ellos “gana” por mes cerca de medio millón de pesos. Así que como se imaginarán, ni dudan en seguir las ordenes de delincuentes de la cúpula policial como Néstor “el tero” Gómez Ocampo, que al igual que su jefe político, el “renunciador compulsivo” de Federico Massoni, puso la abdicación de su cargo; sin embargo, todavía podemos olfatear su pestilencia sin tan solo nos colocamos en las puertas de Jefatura.
El gobierno va a escuchar cuando los comisarios se pongan los pantalones y defiendan los intereses propios y los de sus subordinados, sin ceder a las exigencias de la plana mayor por salvar el pellejo de este gobierno infestado de corrupción; porque un grupo de efectivos policiales de baja jerarquía que marche, no les va a quitar el sueño para nada a los políticos.
Los comisarios que pasan lista, pueden ser luchadores, al igual que sus subordinados; o cómplices de la plana mayor en el pisoteo de los derechos del empleado policial.