Bajo el título «Otra Oportunidad Perdida», la Federación de Bomberos Chubutense emitió un duro comunicado en el que expresó que el devastador siniestro, que arrasó con unas 85 mil hectáreas de campo entre las rutas 1 y 2 y estuvo muy cerca de cruzar a Península Valdés, abrió una grieta con las distintas áreas del ejecutivo provincial por la falta de trabajo mancomunado.
La Federación destacó las muestras de arrojo y profesionalismo de los bomberos de los cuarteles de Madryn, Trelew, Rawson y Pirámides que «se expusieron a un siniestro de grandes magnitudes donde la velocidad del fuego alcanzó un metro por segundo».
A pocos días de conmemorarse el próximo 21 de enero un nuevo aniversario de la pérdida de 25 bomberos en un luctuoso incendio ocurrido en 1994 también al norte de Madryn («el día más triste de la historia bomberil argentina»), la Federación sostuvo que «no podemos repetir la historia».
«Es necesario que el Servicio Provincial de Incendios Forestales, el Servicio Nacional del Manejo del Fuego o la Dirección General de Defensa Civil de la Provincia desarrollen una brigada específica para incendios de pastizales en la meseta. El trabajo coordinado debe ser práctica y no una declamación para un acto. Los medios son escasos y es necesario el trabajo y la intervención planificada en conjunto», exhortó la Federación.
La misiva remarcó que «desde las década del ’80 hay anuncios caídos en saco roto, como la compra de medios aéreos para el combate de incendios».
«Y decimos de compra, no de alquilar o contratar un servicio a empresas privadas, aviones específicos y en cantidades especificas según su capacidad. Ya que un avión aeroaplicador no es lo mismo que un avión diseñado exprofeso para incendios forestales», sentenció la comunicación de la Federación Chubutense de Bomberos.
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