Chubut

Las Golondrinas: la Escuela Especial 522 “está construida sobre un mallín y se sigue hundiendo”

Los chicos con capacidades diferentes de Lago Puelo, El Hoyo, Epuyén y El Bolsón no tienen clases desde hace dos semanas por falta de calefacción, además de “las fallas estructurales graves” del edificio inaugurado en 2009. Desde los Consejos de Discapacidad piden que “los intendentes se pongan al frente de los reclamos”.

Alrededor de 50 estudiantes de la Escuela Especial 522 de Las Golondrinas no pudieron retomar las clases después del receso invernal por fallas en el sistema de calefacción, además de otros “problemas estructurales crónicos de larga data”, según reflejaron desde la comunidad educativa.

Desde el Consejo de Discapacidad de Lago Puelo señalaron hoy que se suman “a las voces que están reclamando para que el colegio reanude sus actividades escolares en forma inmediata. Para ello, es necesario que el Ministerio de Educación de la provincia del Chubut realice las inversiones necesarias para solucionar en primera instancia los problemas edilicios más urgentes y en forma planificada, más los estructurales que son más complejos y datan desde la misma construcción del edificio educativo”.

“Ambas problemáticas –recuerdan-, impiden a estudiantes con discapacidades diversas ejercer el derecho elemental a educarse” al tiempo que reflejan que “es más grave la situación por ser ésta la única escuela especial que recibe estudiantes de El Hoyo, Epuyén y Lago Puelo”.

Recalcan además que “es obligación de las autoridades provinciales velar por la buena educación de toda la población, especialmente de quienes más lo necesitan”.

En coincidencia, el Consejo de Discapacidad de El Hoyo está convocado para este jueves para abordar la coyuntura. Algunos padres adelantaron la intención “de pedir a los intendentes de los tres pueblos que se pongan al frente del reclamo. Sabemos que desde la Delegación Regional han hecho las gestiones pertinentes, pero corresponde al Ministerio de Infraestructura dar las respuestas en tiempo y forma”.

Al respecto, Nuria Vera precisó que “es una problemática ya histórica, hay cuestiones que son crónicas y otras que van apareciendo como lo ocurrido a consecuencia de las últimas nevadas. Hasta ahora, las respuestas parecen solo un parche de curita ante las necesidades que tiene la escuela. Nuestros tiempos no son los mismos que los de la burocracia gubernamental: muchas veces la respuesta a una nota recién llega a fin de año y la solución aparece a los tres años”.

Remarcó que “los chicos tienen que estar en clases. Hoy la urgencia es solucionar el tema de la calefacción. También había otros inconvenientes en la cocina, pero ayer se presentó personal de Camuzzi y se pudo identificar la falla”.

Sensibilidad

A su lado, Ignacio Albarracín apeló “a la sensibilidad de los funcionarios, ya que tenemos un problema estructural histórico: es un edificio muy bien diseñado para una población con discapacidad (incluyendo una pileta climatizada), pero la construyeron sobre un mallín y se está hundiendo”.

“A la cantidad de grietas que van apareciendo y se van agrandando –agregó-, se suma la humedad y los hongos permanentes en las paredes, que son muy perjudiciales para nuestros niños porque hay una situación de salud compleja. Los espacios donde deben estar aprendiendo debieran estar en condiciones mínimamente aceptables”.

Según recordó, “hay tres calderas, de las cuales funciona una sola. Impide que la pileta –indispensable para las actividades físicas de los chicos-, no esté habilitada desde el mes de abril”.

Acerca del traslado de los estudiantes (incluido El Bolsón), detalló que “hay algunos que no han venido en todo el año. Hay un acuerdo con los municipios para utilizar las trafic compradas con la Ley del Cheque, pero que en la práctica tienen múltiples funciones y hay días en que no se las puede utilizar. Tampoco el Estado pone el transporte necesario para que los alumnos puedan llegar”.

Por último, Nuria Vera pidió que “las autoridades de turno se pongan la camiseta, porque los únicos perjudicados son los chicos y no estamos garantizando su trayectoria educativa”.

Demanda histórica

El edificio fue inaugurado en octubre de 2009 por el entonces gobernador Mario Das Neves, para dar respuesta a “una demanda histórica de los padres con hijos discapacitados”. Está destinada “a niños con distintos grados y tipos de discapacidades (sensoriales, visuales y auditivos, motores y mentales), de un amplio espectro etario y provenientes en su gran mayoría de sectores de alto riesgo social de toda la Comarca Andina”, se graficó en la oportunidad.

Entre las comodidades, se destacan “un natatorio y sala preparada para rehabilitación, además de las aulas, un salón de usos múltiples y el comedor/taller de panadería”. Su financiación se enmarcó en el programa nacional “700 escuelas”, con aportes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con un presupuesto de la época de casi 6 millones de pesos. En total se construyeron 2.500 metros cuadrados, contemplando viviendas para el director y personal no docente.

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