En Chubut, las cámaras de las plantas están con un 70 u 80% ocupadas con langostino stockeado. No se vende. El comprador internacional paró el movimiento por la pandemia, por la guerra, y la crisis general. A esa falta de compradores, se suma los problemas internos en un país donde el atraso cambiario impacta en la economía de todos los sectores que, en algunos casos, tuvieron que salir a pelear un dólar especial para poder equiparar costos con el oficial del Banco Nación.
El especialista Agustín De La Fuente dialogó con EL CHUBUT Digital y remarcó que «no hay ventas. No están levantando pedidos. No hay precio» en el mercado en medio de una temporada con una captura de ejemplares de buena calidad, pero con agravantes cambiarios que podrían llegar a ser determinantes para aquellas empresas que no tengan la espalda necesaria para soportar este fenómeno.
César Zapata del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) en diálogo con este medio, resaltó que «hay una buena captura» y remarcó que «hay mucho langostino en cámara stockeado, ya que no hay rentabilidad por el valor del dólar. Yo hay muchos compradores, solo hay pedido de cola».
Preocupa el fenómeno que se da en las plantas grandes que «están con un 70 a 80%. Las grandes firmas multinacionales tienen espalda, ubicarán la materia prima en sus países, pero las grandes firmas locales trabajarán a pérdida», dijo el empresario Oscar Collman a la redacción digital.
Según precisó, un langostino entero congelado a bordo premium cayó a 4,80 o 5 dólares, cuando valía ente 8 y 9 dólares. El único negocio es el «colita» o «pelado de venado». Y lo que ocurrirá es que «el mercado se va a saturar porque no hay precio. El langostino en banquina lo están cobrando a tres dólares».