Política

Camino a las Elecciones 2023: ¿quién paga la transición?

Detrás de la pelea por la deuda, están la sequía de dólares y las apuestas del establishment. La audacia de vivir en campaña mientras la inflación devora los ingresos de una sociedad que no cree.

No solo sus colaboradores íntimos y adoradores irreductibles lo animan para que regrese como candidato. Ahora también algunos empresarios importantes anuncian que Mauricio Macri está decidido a reincidir, le piden que vuelva a competir por la presidencia y le garantizan un financiamiento que nunca le faltó. Tres años largos de gobierno del Frente de Todos le permitieron al jefe del PRO dejar de ser la mancha venenosa para resucitar y confirmarse como el centro de gravedad de la alianza opositora, publicó La Posta Política.

Con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta lanzados a una competencia feroz por las fotos en Cumelén, los dueños que no escarmentaron con la aventura de Macri en el poder creen que él no depende ni necesita de nadie para su segundo tiempo. O lo dicen porque la irrupción de Javier Milei los lleva a confiar en que las condiciones están dadas o lo hacen para ofrecerle a Sergio Massa -otro gran candidato del establishment- un sparring que no lo pueda lastimar.

El ex presidente repite una y otra vez que tanto su experiencia en Boca como en la Ciudad empezaron mal y que gracias a su resiliencia llegó a la Casa Rosada. Para hacer lo mismo pero más rápido, Macri ahora cuenta con la legitimidad que le otorga el espectáculo de las diferencias en la coalición peronista que venía a reparar lo que él había dañado, un IPC que orilla el 100% interanual y una caída del salario real que se profundizó en lugar de revertirse.

Mientras la inflación de enero se disparó hacia el 7,3% y acumuló 99,4% en 12 meses en tierra de Larreta, Massa no pudo evitar que el INDEC registrara otra vez un índice ascendente en el arranque del año. Para la consultora Eco Go, el dato que se conocerá en los próximos días rondará el 5,9%.

Considerado el más competitivo entre peronistas que miden nada sin el apoyo de Cristina Fernández, el ministro de Economía y una liga de aliados que lo acompaña -desde banqueros y empresarios hasta economistas- aprovecharon el último comunicado de Juntos para denunciar una campaña que busca desestabilizar su gestión.

Insospechados sommeliers de deuda, después de haber arruinado lo que Nicolás Dujovne consideraba el gran activo que había dejado el kirchnerismo y defaulteado incluso la deuda en pesos, los miembros de Juntos sostienen desde hace años que el endeudamiento en moneda local es tan nocivo como el que tomó Macri con con el Fondo, el organismo de crédito que condicionará las políticas locales por al menos una década más. Aunque no dijeron nada nuevo, esta vez la profecía bomba se encontró con una respuesta articulada de Massa y sus aliados.

La economista Marina Dal Poggetto advierte desde 2022 que lo que existe es un riesgo de transición política porque hoy gobierno y oposición apuestan a que la devaluación la tenga que hacer el otro. Dos días antes de la semana de acusaciones mutuas, el último informe de Eco Go puso en contexto la disputa, que excede a la dirigencia política e involucra también a facciones del poder económico. Este año, estima, el gobierno del Frente de Todos tendrá una entrada de dólares mucho menor y recibirá U$S 22.000 millones menos que los que cosechó en 2022 con los desembolsos del Fondo y el salto de los commodities que llevó las exportaciones de bienes y servicios al récord de U$S 100.000 millones. Ese cráter, que el gobierno busca ahora tapar como sea, es el que condiciona a la política en el año electoral.

La economista Marina Dal Poggetto advierte desde 2022 que lo que existe es un riesgo de transición política porque hoy gobierno y oposición apuestan a que la devaluación la tenga que hacer el otro.

Brutal en la pelea del minuto a minuto, Massa ya se había fastidiado cuando el primer comunicado de la alianza opositora que habló de «alargar la mecha al costo de agrandar la bomba» provocó una caída en las acciones de los bancos. Desde Economía, el 4 de febrero le dijeron a La Nación: «Si Juntos por el Cambio juega al caos, se va a poner enfrente a quienes necesita para financiar la campaña. Van a tener que hacer equilibrio entre la política y la plata». Además, insinuaron que la alianza del PRO, la UCR y la CC tendría en este contexto un enfrentamiento con Marcelo Mindlin y Paolo Rocca, los magnates locales que impulsan la ley de GNL y la construcción de una planta de licuefacción para exportar desde Vaca Muerta a Europa el gas licuado que elevó sus precios como nunca a partir del inicio de la guerra en Ucrania, hace casi un año. La pirotecnia se multiplicó en los últimos días.

Sin distinguir entre pesos y dólares y sin aclarar que la deuda intra Estado representa el 65% del total, Juntos cuestiona los instrumentos financieros atados al dólar que promueve el gobierno y dice que el endeudamiento récord de los Fernández asciende al equivalente a 83 mil millones de dólares. Salta la vista que la alianza de Massa con un sector del establishment para llegar a diciembre no tiene el aval de los halcones de la oposición. Eso no quiere decir que solo Juntos advierta sobre el llamado déficit cuasifiscal: ex funcionario del ministerio de Economía durante los años kirchneristas, el economista Horacio Rovelli lo viene haciendo desde el inicio del gobierno de los Fernández, con cuestionamientos que apuntan a las ganancias del sector financiero bajo el actual esquema

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