Después de que el martes saliera publicado en el Boletín Oficial que los aranceles a la importación de cuatro clases de notebooks se elevaban de 0 a 16%, y de un modelo de tablet, de 0% a 2%, los precios de los 10 modelos más vendidos en el portal Mercado Libre aumentaron un 37,5% en promedio en las siguientes 48 horas, aunque hubo casos que en particular treparon hasta un 80%, consigna La Nación.
El dato surge de un relevamiento realizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba. La notebook más vendida en Mercado Libre, la Dell Inspiron 3515, subió 4,7%; la segunda, que es la Asus X1502, 14,2%; la Dell Vostro 3401, 46,2%; la Asus X1502 (con un mejor procesador que el anterior), 13,4%; la HP 14-dq2024la, 76,9%; la Lenovo N5030, 47,4%; la Asus Vivobook 14, 11,8%; la Lenovo IdeaPad 15ITL05, 74,4%; la Dell Inspiron 3515 (con un mejor procesador que el anterior), 42,9%, y la Asus X515EA, 42,7%.
Para la Bolsa de Comercio, la medida “no es aislada y se da en consonancia con el incremento de las barreras al comercio impuestas a nivel local en los últimos años”. “Esto deriva en mayores costos afrontados por toda la población en su conjunto, atenta contra la inserción del sector productivo en el resto del mundo y, por consiguiente, disminuye la generación de divisas”, advirtió.
Según el estudio, la Argentina se ubica en la posición 14° del ranking de las alícuotas impositivas más elevadas vigentes sobre las importaciones y en el cuarto lugar si se analizan los aranceles promedio, con un 13,4%, detrás de India, Marruecos y Corea del Sur.
“Pese a que una lectura rápida de este dato podría malinterpretarse como un éxito de la política de sustitución de importaciones y un ahorro neto de divisas, los datos muestran que la realidad es la opuesta y dista de ser la deseada. En la práctica, aranceles elevados implican mayores costos para la adquisición de productos provenientes de otros países. Como resultado directo, las importaciones se ven reducidas, lo que conlleva numerosas consecuencias negativas. Entre ellas se destaca que, al no poder acceder a recursos más económicos, que permiten incrementar la eficiencia y/o la adopción de tecnologías, el sector privado pierde competitividad frente al resto del mundo”, agregó.
Por último, el informe insiste en que una medida que inicialmente aparenta disminuir la demanda de divisas (al caer las importaciones) termina teniendo el efecto contrario, ya que el país pierde más oportunidades de generarlas al reducirse el volumen de exportaciones y su valor agregado local (el valor agregado a nivel local de las exportaciones solo explica un 12,8% del PBI, cuando Chile prácticamente duplica este ratio).
El martes, tras conocerse la medida, Argencon, la entidad que nuclea a empresas prestadoras de servicios de todos los verticales de la economía del conocimiento, difundió un comunicado criticando la decisión del Gobierno.
La entidad dijo que los equipos informáticos importados, “lejos de ser artículos suntuarios, son tecnologías indispensables requeridas por las industrias en general, y particularmente por las industrias del conocimiento”.
“Este tipo de medidas retrasan el desarrollo de nuestras industrias encareciendo sus operaciones, afectando la formación de talento y complicando las perspectivas de crecimiento genuino de un sector que tiene alto potencial de desarrollo inmediato”, afirmó la cámara.
Por otro lado, dijo que el encarecimiento de los equipos “afectará a los trabajadores que emplean la tecnología como medio de vida, incluyendo una amplia gama de usuarios que abarca a freelancers, pequeños emprendimientos, Pymes y empresas ya consolidadas”.
La decisión de subir los aranceles quedó plasmada en el decreto 136/2023, que lleva la firma del ministro de Economía, Sergio Massa, y del jefe de Gabinete, Agustín Rossi. En los considerandos, dice que “por su impacto económico y social, el desarrollo y promoción de una industria nacional productora de equipamientos informáticos portátiles resulta una prioridad en las políticas desarrolladas por el gobierno nacional”.
Según el texto, la posición arancelaria 8471.30.12 (que comprende a las notebooks de peso inferior a 3,5 kilos, con teclado alfanumérico de por lo menos 70 teclas y con una pantalla de área superior a 140 cm2 e inferior a 560 cm2), la 8471.30.19 y la 8471.30.90 quedarán ahora con una alícuota en los niveles que establece el Mercosur (16%).
En tanto, la posición 8471.30.11 (de peso inferior a 350 gramos con teclado alfanumérico de por lo menos 70 teclas y con una pantalla de área inferior a 140 cm2) tendrá una alícuota incluso más elevada que la que establece el bloque (2%), y quedará en 16%.
Por último, la posición 8471.41.10 (de peso inferior a 750 gramos, sin teclado, con reconocimiento de escritura, entrada de datos y de comandos a través de una pantalla display de área inferior a 280 cm2), al ser removida del anexo, pasaría de una alícuota del 0 al 2%, conforme a lo que marca el Mercosur.
Más allá del potencial impacto económico y social de la industria nacional productora de equipamientos informáticos, en el preámbulo del decreto también se indicó que “el aumento de los niveles de producción de tales equipos redundará en un aumento de la oferta disponible de los mismos en el mercado interno a precios más competitivos y accesibles”.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, desde que se anunció la quita de aranceles en 2016, el precio promedio de las computadoras cayó 35% en dólares. En tanto, fuentes de la industria local dicen que solo bajaron 5% (pasaron de costar US$650 en noviembre de 2016 a US$615 en junio de 2018), pero se perdieron cerca de 400 puestos de trabajo y se dejaron de fabricar notebooks en Tierra del Fuego.
Las empresas que se dedican a la producción de notebooks en plantas locales son Newsan, BGH, PC Art, EXO, Núcleo y, próximamente, Mirgor.