Economía

Los salarios formales arrancaron el 2023 con una suba muy por debajo de la inflación

Los salarios formales, con aportes a la Seguridad Social, arrancaron el año con una fuerte pérdida frente a la inflación: aumentaron el 3,8% versus una suba promedio de los precios del 6%.

Así, a enero, en los últimos 12 meses, la suba de los precios fue del 98,8% y los salarios formales aumentaron el 87,76%. Una pérdida del 5,5%.

Los datos de salarios son oficiales y corresponden al RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables), cuya serie mensual arranca en julio de 1994.

El RIPTE se calcula sobre la base de la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores bajo relación de dependencia y que fueron declarados en forma continua durante los últimos 13 meses.

Por esta y otras razones, el Ministerio de Trabajo considera que “el RIPTE no refleja necesariamente la evolución de los salarios del empleo registrado” porque no incluye, por ejemplo, los aumentos no remunerativos, se excluyen las remuneraciones de los nuevos empleos, considera los salarios de los puestos de trabajo del sector privado y del sector público nacional, provincial y municipal que transfirieron sus cajas previsionales al sistema nacional y tiene en cuenta el monto salarial hasta el tope imponible definido para los aportes personales al sistema de seguridad social.

No obstante, con estas aclaraciones y a falta de un índice oficial que abarque la totalidad de los sueldos registrados, el RIPTE es un indicador que permite analizar la evolución del grueso o la mayor parte de los salarios formales -según publica Clarín-.

En enero, los salarios brutos (sin los descuentos) imponibles con aportes promediaron los $ 201.580,26 según las cifras oficiales sobre la base de las sumas declaradas por las empresas ante la Seguridad Social. Un año atrás, eran de $ 107.358,35.

Por tratarse del sueldo bruto, para determinar el ingreso de bolsillo, a los $ 201.580,26 habría que descontar el aporte de jubilación y salud del trabajador (17%) y eventualmente sumar el salario familiar por hijo/a.

En total, los trabajadores en relación de dependencia con aportes a la ANSeS suman unos 7,5 millones, alrededor del 75% de los casi 10 millones de asalariados en relación de dependencia registrados. El resto aporta a las Cajas provinciales u otros regímenes.

Estos 10 millones, a su vez, representan la mitad de todos los puestos de trabajo formales e informales del país (monotributistas, autónomos, asalariados sin descuento jubilatorio y trabajadores por cuenta propia informales).

Como índice salarial, el RIPTE se utiliza todos los meses para calcular (90% del RIPTE) el aumento de la cuota de las prepagas de los que ganan menos de 6 Salarios Mínimos (SMVM). Y cada tres meses (marzo, junio, septiembre, diciembre) para fijar la mitad del porcentaje de movilidad de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales y en el cálculo de las indemnizaciones por accidentes de trabajo.

 

También se utiliza para actualizar una vez por año el Mínimo No Imponible del impuesto a las Ganancias y para actualizar el “piso” salarial, inicialmente de $ 150.000 y ahora de $ 404.062 para quedar exento del pago de este tributo, y desde este mes el tope del Ingreso Familiar para cobrar las Asignaciones Familiares. Ese piso está nuevamente desactualizado y más trabajadores están alcanzados por ese impuesto. Y todos los meses incrementa la cuota que pagan los empleadores al Fondo de Enfermedades por el seguro del COVID

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