La medida, anunciada por el ministro de Economía Sergio Massa el miércoles pasado, y que se puso en marcha a partir de la publicación en el Boletín Oficial de cuatro decretos de ley, persigue dos objetivos centrales: la acumulación de reservas en las arcas del Banco Central y la ayuda para el sector productivo afectado por la sequía.
Este lunes comenzó una nueva edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), con un tipo de cambio diferencial temporal de $300 por dólar para el complejo sojero y economías regionales, que podría generar una liquidación de divisas estimada en alrededor de US$ 9.000 millones.
El Gobierno apuesta a que el sector agroexportador sojero liquide US$ 5.000 millones a partir de este lunes y hasta el 31 de mayo, fecha en la que vence el tipo de cambio diferencial para las exportaciones de esta cadena.
La nueva paridad llevaría a que la tonelada de soja se comercie en el mercado local a un valor cercano a los $105.000, sensiblemente por encima de los $70.000 que se ofrecían antes de conocerse la nueva implementación del PIE.
Esta mejora en el precio busca impulsar las ventas de granos, que a la fecha, en una media de cálculos privados y oficiales, existiría todavía un stock de entre 5 y 7 millones de toneladas de la campaña 2021/22.
En base a las proyecciones de la Bolsa e Cereales de Buenos Aires (BCBA) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la campaña 2022/23 cerraría con una producción total de 25 millones de toneladas, afectada por la fuerte sequía.
Los trabajos de recolección en las zonas productivas recién comienzan y el momento pico recién llegaría en mayo próximo.
En cuanto al aporte que puedan hacer las economías regionales, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, estimó que podría ubicarse en torno a los US$ 4.000 millones, teniendo en cuenta que el tipo de cambio diferencial estará vigente hasta el 31 de agosto.