Un nuevo homicidio sacudió a la ciudad de Esquel y estaría relacionado profundamente con el asesinato de Federico Copponi, cometido en junio del 2023. En este caso la víctima fue Alejandro Ernesto Olenik, quien habría sido asesinado con el único objetivo de desviar la investigación del primer delito mencionado y desligar así al único imputado en la causa.
La investigación, expresaron desde el Ministerio Público Fiscal, evidencia una trama oscura y entrelazada. De acuerdo a la hipótesis del equipo de fiscalía, encabezado por la fiscal María Bottini, la autora de este crimen es la madre del único acusado por el homicidio de Federico Copponi. La acusada “eligió a una víctima sumamente vulnerable, que confiaba en ella, para desvincular a su hijo”, afirmaron. A su vez, los investigadores verificaron por el momento que Olenik no tendría vínculo alguno con Copponi y su entorno.
El homicidio de Olenik
El pasado 18 de septiembre a las 12 horas, el personal de la Comisaría Distrito Primera de Esquel respondió a un llamado que solicitaba presencia policial en el edificio AJURPE de calle O’Higgins 1021. Cuando llegaron, constataron el fallecimiento de un hombre de 36 años que se había alojado allí, a quien luego lograron identificar como Ernesto Alejandro Olenik.
Sobre la mesa de luz de la habitación había un sobre con una carta que cerraba con el nombre de la víctima y su número de CUIT. En el manuscrito, Olenik “confesaba” su autoría en el homicidio de Federico Copponi y decía que por ese motivo había decidido quitarse la vida. Dos cartas similares se enviaron a la abogada defensora del imputado, Sáenz de Zumarán, y al abogado de la querella.
De acuerdo a las pericias, el cuerpo no presentaba signos de violencia; solo había un hematoma en un antebrazo que podría corresponderse con una inyección. Durante la autopsia fueron tomadas diferentes muestras biológicas cuyo posterior análisis de laboratorio arrojó la presencia de una droga de uso tópico que al ingerirse resulta mortal.
Los primeros pasos de la investigación
Los investigadores pudieron reconstruir el derrotero de Olenik desde el momento en que contactó a la persona que le alquiló esa habitación por una noche. A la misma ingresó acompañado por una mujer. El análisis de diferentes cámaras de seguridad y la entrevista a taxistas, permitió identificar a quién sería su acompañante: la madre del imputado por el crimen de Copponi. «Olenik y la mujer tenían un vínculo desde hacía tiempo, laboral y de amistad o íntimo», detallaron desde la Fiscalía.
Con esta evidencia se procedió a allanar la vivienda de la mujer, en donde se encontraron frascos con la misma droga hallada en el cuerpo de Olenik. Durante las diligencias se secuestraron otros elementos de interés para la causa.
Los investigadores también analizaron la carta encontrada junto al cuerpo. Esta pericia demostró que la letra no se corresponde con la de otros escritos de Olenik, como tampoco la forma de escritura, ni su firma. Además, los datos que ofrece esa carta son precisos, hacen referencia a datos obtenidos por la investigación y expuestos en audiencias. El escrito estaba fechado unos días previos al hallazgo del cuerpo, el 14 de septiembre. Un día después, el 15, la mujer imputada fue a visitar a su hijo a la Comisaría. Tres días después, el 18 de septiembre, fue hallado el cuerpo de Olenik.
Por todo esto, la fiscal Bottini sostuvo que por el contexto que involucra al caso Copponi y puntualmente a un aparato de telefonía celular de ese hecho, develado adrede en la carta que no sería de puño y letra de Olenik, da fuerza a lo que podría ser una escena montada de autoincriminación.
Durante la audiencia realizada contra la imputada, se dispuso su prisión preventiva por un plazo de seis meses. La decisión del juez Martín O’Connor fue revisada a pedido de la defensora particular Nelly García. El tribunal revisor estuvo compuesto por dos jueces de otra jurisdicción que confirmaron la medida de coerción.