El enorme incendio en el Parque Nacional Los Alerces ya consumió más de 1000 hectáreas. Comenzó el jueves a las 22:30 en la zona del Arroyo Centinela, dentro de la jurisdicción del Parque Nacional, pero con el correr de las horas las llamas llegaron también al territorio provincial.
Más de 250 brigadistas se encuentran trabajando incansablemente para controlar las llamas, y tres brigadas nacionales del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, provenientes de Misiones y San Luis, están a disposición para apoyar en la emergencia.
Un brigadista contó cómo se vive el combate del fuego desde el Parque. «Las condiciones meteorológicas de este domingo permitieron trabajar de forma más tranquila, especialmente después de que se disipó la niebla, una característica típica de un incendio de esta magnitud«, explicó Hernán Ñanco en diálogo con Red 43.
El brigadista cuenta con experiencia previa en incendios, y destacó el papel fundamental de los medios aéreos que operaron en la tarde de este domingo, permitiendo completar tareas planificadas y anticipar acciones para el día siguiente.
«Se toma siempre en cuenta, primero que nada, el tema de la seguridad para todos los que ingresan. Después, el combate se está tratando de trabajar desde la cola hacia la cabeza del incendio, ya que las condiciones no están dadas para trabajar directamente en la cabeza», afirmó el brigadista.
El incendio ya afectó más de 1000 hectáreas de bosque nativo, y los brigadistas se encuentran trabajando con herramientas como motosierras y sapa, así como el uso estratégico de motobombas para asegurar sectores críticos.
«Estamos trabajando en su mayoría en bosque nativo, y en la parte más alta del incendio, nos enfrentamos a cañas, difíciles de cortar», detalló.
«Encontramos un par de animalitos escapando del fuego. Si bien algunos tienden a alejarse, estamos haciendo todo lo posible para proteger la flora y fauna de la zona», agregó.
Respecto a la trayectoria del incendio, el brigadista indicó que está siguiendo un curso similar al registrado en 1980, avanzando hacia una laguna ya afectada. «Hay que cerrar los flancos y tratar de reducir el porcentaje del área afectada lo más posible», comentó.
