La elección presidencial que se lleva a cabo el domingo en Panamá es calificada como una de las más relevantes en décadas, según expertos en el tema. El país centroamericano, situado en una posición estratégica para el comercio internacional y la migración, se encuentra inmerso en un clima de incertidumbre jurídica durante la actual temporada electoral.
Expertos destacan la relevancia de esta elección, comparándola con el período posterior a la invasión de Estados Unidos en 1989. Según Daniel Zovatto, miembro del Programa de América Latina en el think tank Wilson Center, la situación es muy compleja y el próximo presidente enfrenta una agenda llena de problemas en un país polarizado y sometido a tensión política e incertidumbre.
En juego está la gestión financiera de un país de 4,4 millones de habitantes que enfrenta una alta inflación y una economía estancada, lo cual genera un malestar generalizado. Además, el acceso al agua se convierte en un factor importante para los votantes, debido a las sequías exacerbadas por El Niño, que afectan el suministro de agua potable en algunas regiones y reducen la capacidad del Canal de Panamá, una pieza clave para la economía del país.
La economía panameña, que solía ser líder en la región, experimenta una desaceleración significativa en los últimos años. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento del PIB de solo el 2,5% para este año, en comparación con el 7,3% del año pasado. En marzo, la agencia de calificación crediticia Fitch rebajó la calificación de Panamá a la categoría de «basura», citando problemas fiscales y de gobernanza tras el cierre de la mayor mina del país el año pasado.
Entre los candidatos favoritos se encuentra José Raúl Mulino, exministro de Seguridad Pública de tendencia derechista, quien promete revitalizar la economía del país y abordar el alto índice de desempleo a través de un plan que fomenta la contratación privada con fondos públicos. Sin embargo, su propuesta de cerrar el tapón del Darién, una peligrosa zona selvática utilizada por migrantes que se dirigen a Estados Unidos, genera controversia. Algunos analistas dudan de que esta medida detenga la migración y plantean la posibilidad de que surjan nuevas rutas.
La corrupción es una de las principales preocupaciones de los votantes panameños, según una encuesta reciente de Gallup. Le sigue el desempleo, la insatisfacción con el sistema de salud y el alto costo de vida. El caso del expresidente Ricardo Martinelli, condenado por corrupción, genera gran atención. Martinelli fue sentenciado a más de 10 años de prisión el año pasado por su participación en un escándalo de blanqueo de dinero. A pesar de su condena, Martinelli respalda a Mulino, quien asume la candidatura por el partido Realizando Metas.
Además de Mulino, hay otros siete candidatos presidenciales, incluyendo al actual vicepresidente, José Gabriel Carrizo, el expresidente Martín Torrijos y Rómulo Roux, otro exministro del gobierno de Martinelli. En Panamá no se realiza una segunda vuelta presidencial ni se requiere un umbral mínimo para ganar, por lo que el candidato que obtiene la mayoría de los votos será el próximo presidente.