Según funcionarios estadounidenses familiarizados con las conversaciones, Israel informa esta semana al gobierno del presidente Joe Biden sobre un plan para evacuar a civiles palestinos antes de llevar a cabo una operación en la ciudad de Rafah, ubicada en el sur de la Franja de Gaza. Aunque los detalles del plan no se finalizan aún, las autoridades israelíes comparten esta propuesta con el objetivo de mitigar el riesgo para la población civil.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, promete llevar a cabo una operación militar en Rafah, a pesar de las advertencias de Biden y otros funcionarios occidentales de que esto puede resultar en más muertes de civiles y agravar la ya desesperante crisis humanitaria en la región. El gobierno de Biden deja claro que puede haber consecuencias para Israel si sigue adelante con la operación sin un plan creíble para proteger a los civiles.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señala que no pueden respaldar una operación militar importante en Rafah sin un plan de protección adecuado, ya que los daños resultantes son inaceptables. Estas declaraciones se hacen durante el Foro de Sedona, un evento celebrado en Arizona y organizado por el Instituto McCain.
Rafah se convierte en refugio para aproximadamente 1,5 millones de palestinos, quienes buscan seguridad en la ciudad mientras el territorio es devastado por el conflicto en curso, que comienza el 7 de octubre después de los ataques lanzados por los militantes de Hamás contra Israel, los cuales provocan la muerte de alrededor de 1.200 personas y la toma de aproximadamente 250 rehenes.
La agencia humanitaria de las Naciones Unidas destaca que cientos de miles de personas están en riesgo inminente de muerte si Israel procede con el ataque a Rafah. Esta ciudad fronteriza representa un punto de entrada crucial para la ayuda humanitaria y está abarrotada de palestinos desplazados, muchos de los cuales viven en campamentos de tiendas densamente poblados.
Aunque el plan de evacuación propuesto por Israel no se finaliza aún, ambas partes acuerdan continuar discutiendo el asunto para encontrar una solución que proteja la vida de los civiles en la medida de lo posible.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informa a los periodistas que los israelíes no revelan ningún plan «integral» a Washington para una posible operación en Rafah. Sin embargo, durante las últimas llamadas telefónicas entre Biden y Netanyahu, así como en conversaciones virtuales recientes entre altos funcionarios de seguridad nacional de ambos países, se discute la operación en Rafah.
Jean-Pierre subraya la importancia de que estas conversaciones continúen, ya que es fundamental proteger las vidas palestinas e inocentes en medio de esta situación.
La revelación de la presión continua de Israel para llevar a cabo una operación en Rafah se produce en un momento en que el director de la CIA, William Burns, llega a Egipto el viernes, donde los negociadores trabajan para alcanzar un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás.
Hamas considera la última propuesta de alto el fuego y liberación de rehenes presentada por los mediadores estadounidenses, egipcios y cataríes, quienes buscan evitar la operación en Rafah. Instan públicamente a Hamas a aceptar los términos del acuerdo, que incluye un alto el fuego prolongado y un intercambio de rehenes israelíes que se mantienen desde el 7 de octubre, por prisioneros palestinos en las cárceles israelíes.
Hamas anuncia que envía una delegación a El Cairo en los próximos días para discutir más a fondo la oferta, aunque no se especifica una fecha precisa.