La política brasileña vuelve a centrarse en la figura de Jair Bolsonaro. Este miércoles, el Senado inició el debate de un polémico proyecto de ley que busca reducir significativamente la condena de 27 años de cárcel del expresidente ultraderechista, quien cumple prisión por golpismo desde noviembre.
La iniciativa, que ya divide al Congreso y a la calle, enfrenta la firme oposición del presidente Lula.
El Proyecto que Busca Acortar la Condena
Según informó el medio internacional DW, el texto, aprobado sorpresivamente por la Cámara de Diputados la semana pasada, modificaría el cálculo de las penas por varios delitos, incluido el de golpe de Estado. Bajo las reglas actuales, se estima que Bolsonaro cumpliría unos ocho años efectivos. Sin embargo, esta ley podría reducirlo a apenas dos años y cuatro meses. La bancada bolsonarista, en un Congreso de mayoría conservadora, presiona por lo que considera un «gesto de reconciliación», aunque su objetivo final sigue siendo una amnistía total.
Resistencia en el Senado y la Amenaza del Veto Presidencial
El trámite en el Senado promete ser más complicado. La mayoría conservadora es menos amplia y varios senadores, como Alessandro Vieira, han advertido que modificarán o rechazarán el proyecto, al que consideran un «caballo de Troya» que también beneficia a delincuentes comunes. Si la ley no se aprueba antes del viernes, la discusión se postergará para 2026, año electoral. Paralelamente, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha sido contundente, afirmando que Bolsonaro «tiene que pagar» su condena y que podría vetar la ley en caso de que sea sancionada, aunque el Congreso podría intentar revertir esa decisión.
Protestas y el Fondo del Conflicto
El domingo, decenas de miles de personas salieron a las calles en varias ciudades brasileñas bajo las consignas «Sin amnistía» y «Congreso, enemigo del pueblo», mostrando la profunda polarización que genera el tema. Bolsonaro fue condenado en septiembre por liderar una conspiración para impedir la asunción de Lula en 2022, una trama que incluso contempló un atentado contra la vida del entonces presidente electo. Actualmente, el expresidente cumple su pena en una instalación policial de Brasilia.
El debate en el Senado brasileño no solo define el futuro judicial de Jair Bolsonaro, sino que actúa como un termómetro de la tensión política que persiste en el país. Con un gobierno dispuesto a veto, una calle dividida y un plazo legislativo ajustado, la reducción de la pena del expresidente se transforma en un pulso de poder cuyas repercusiones marcarán la agenda hacia las elecciones de 2026.




