Kamala Harris y Donald Trump protagonizan hoy una elección histórica con suficiente influencia política para cambiar la agenda doméstica de Estados Unidos e impactar de lleno sobre el tablero internacional.
Harris y Trump difieren sobre las futuras medidas económicas y las reglas a implementar para contener a la inmigración indocumentada, mientras que sus perspectivas geopolíticas son antagónicas respecto a Medio Oriente, la guerra en Ucrania, el cambio climático, la contención de China y la importancia de la OTAN.
Las posiciones domésticas y globales de los dos candidatos reflejan la fractura de la sociedad americana, y ese quiebre social aparece nítido en la paridad electoral que existe entre Harris y Trump. La vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano asumen que la victoria depende de siete estados que recorrieron -una y otra vez- durante los últimos 15 días de campaña
Pensilvania (19 electores), Georgia (16), Carolina del Norte (16), Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6) son clave para determinar al sucesor de Joe Biden en la Casa Blanca. Son distritos con diferentes composiciones sociales, étnicas y religiosas, que los candidatos intentaron conquistar con resultado incierto.
Trump sufrió un incidente electoral cuando el humorista Tony Hinchcliffe descalificó a Puerto Rico durante un acto partidario en el Madison Square Garden. El comité de campaña republicano se cayó de espaldas cuando escuchó el discurso de Hinchcliffe, un ícono entre los jóvenes que votarán por primera vez en 2024.
“Hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico”, dijo Hinchcliffe sin perder la sonrisa irónica.
La elección de hoy se gana con un margen máximo de 200.000 votos. En Pensilvania, la comunidad de portorriqueños llega a 400.000 ciudadanos. Trump puede perder Pensilvania -19 electores- por la descalificación de Hinchcliffe, que ha dejado de aparecer en los lugares que solía frecuentar.
El Affaire Puerto Rico para Trump se compensa con las dificultades electorales que tiene Harris en Michigan, un distrito que aporta 15 electores. Michigan tiene la comunidad de árabes más numerosa en Estados Unidos, y habitualmente ha votado a los candidatos demócratas. Pero Joe Biden apoyó el principio de defensa de Israel tras el ataque terrorista de Hamas, y esa posición geopolítica complicó las posibilidades electorales en Michigan.
Este juego de suma cero en los siete distritos implica que la elección está empatada y con final abierto. Los dos candidatos han hecho campaña 24/7 durante semanas, y han gastado millones dólares en publicidad electoral que corrió en medios tradicionales y redes sociales. Sin embargo, no se sacaron ventaja y el resultado definitivo es un intríngulis cerrado por siete llaves.
Al margen de las diferencias domésticas -desde la economía a los derechos reproductivos-, Harris y Trump se enfrentan respecto al tablero internacional. Los candidatos tienen posiciones diferentes sobre la crisis de Medio Oriente, la invasión de Rusia a Ucrania, la ofensiva global de China, el cambio climático y el rol táctico de la OTAN.
El mundo será diferente después de los comicios de hoy, y el grado de diferencia dependerá si gana Trump o Harris.
Trump quiere terminar con la asistencia militar a Ucrania y finalizar el conflicto con Rusia, cree que Israel tiene que hacer lo necesario para exterminar a Hamas y Hezbollah, sostiene que no existe el cambio climático, afirma que no es necesario financiar a la OTAN y exhibe una posición beligerante con China.
Harris, en cambio, profundizará la ayuda bélica a Ucrania, limitará el apoyo militar a Israel, apoyará la agenda de cambio climático, sostiene que la OTAN es clave para equilibrar a Moscú en Europa y propone una estrategia de contención geopolítica con China.
Las posiciones son antagónicas, y esto también se votará en los comicios hoy.