Gobierno retiró embajador. El Gobierno anunció este lunes que retirará al embajador argentino en Uruguay, Martín García Moritán, y regresará al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. Se trata de un nuevo movimiento de Cancillería con cambios en la representación diplomática.
De esta manera, mediante el Decreto 29/2025, que fue firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, se oficializó la decisión. Esta medida, según lo estipulado en el artículo 1° del decreto, implica el traslado de García Moritán al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, en Buenos Aires. La disposición fue fundamentada en “razones de servicio”.
La salida de García Moritán ocurre en un contexto de cambios en el país vecino con la llegada de Yamandú Orsi al poder y dejando atrás los lazos estrellos que habían cosechado el presidente Milei y su homólogo uruguayo, Luis Lacalle Pou.
Este vínculo ha cobrado especial relevancia en el ámbito del Mercosur, donde ambos mandatarios buscaban consolidar una agenda común enfocada en la modernización del bloque regional y en la implementación del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. A pesar de los desafíos diplomáticos previos, el nombramiento de García Moritán en 2024 fue considerado un gesto de distensión hacia Montevideo, dado su perfil técnico y su experiencia en organismos multilaterales.
Dentro de la Cancillería argentina, García Moritán ocupó cargos clave, incluyendo su desempeño en la Subsecretaría de Asuntos Australes y Limítrofes, la Subsecretaría de Política Exterior, y como Jefe de Gabinete del Viceministro de Relaciones Exteriores. También fue designado Representante Especial para Asuntos de Terrorismo, Director de Asuntos Federales y Electorales, y Subdirector de la Dirección de América Central, Caribe y México, evidenciando una versatilidad que le permitió abordar una amplia gama de temáticas internacionales.
A lo largo de su carrera, recibió importantes distinciones como la Orden de San Gregorio Magno otorgada por la Santa Sede y la Orden de Río Branco concedida por el gobierno brasileño, en reconocimiento a su contribución al fortalecimiento de las relaciones bilaterales. Finalmente, en febrero de 2016, volvió a ser designado Representante Permanente de la República Argentina ante las Naciones Unidas, una posición que consolidó su reputación como uno de los diplomáticos más experimentados y respetados del país.