Texas refuerza frontera. Luego de la asunción presidencial de Donald Trump, Texas intensificó sus medidas para frenar la inmigración ilegal con la instalación de nuevas barreras físicas a lo largo de la frontera con México, incluyendo un extenso sistema de boyas en el río Grande y alambre de púas.
Las autoridades tejanas desplegaron este martes varias excavadoras y trabajadores en lanchas neumáticas para ampliar una barrera flotante existente cerca de Eagle Pass, según pudo observarse en imágenes captadas por drones desde la ciudad mexicana de Piedras Negras.
La nueva sección de boyas forma parte de la Operación Estrella Solitaria, impulsada por el gobernador Gregg Abbott.
«Espero seguir trabajando estrechamente con el presidente Trump para asegurar la frontera», expresó Abbott en X, después de que medios locales mexicanos reportaran la instalación del primer conjunto de boyas, días antes de la asunción del mandatario estadounidense.
Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) realizaron ejercicios de seguridad y colocaron alambres de púas en cruces estratégicos, específicamente en el puente internacional Paso del Norte/Santa Fe, que conecta El Paso con Ciudad Juárez.
Según la CBP, estas maniobras que comenzaron en 2019, provocaron interrupciones temporales en el tráfico transfronterizo. El cruce de vehículos estuvo detenido aproximadamente 40 minutos mientras los funcionarios instalaban bloques de concreto y alambradas.
Las nuevas medidas de seguridad se implementan después que el presidente republicano declarara el lunes tras su asunción la emergencia nacional en la frontera con México «para repeler la desastrosa invasión de nuestro país», según publicó Canal26.
Su administración dijo que también restablecería una política de «Permanecer en México» que prevaleció durante la primera presidencia de Trump, según la cual las personas que solicitan ingresar a Estados Unidos desde México deben permanecer allí hasta que se haya decidido su solicitud.
Por su parte, la Casa Blanca también detuvo un programa de asilo para personas que huyen de regímenes autoritarios en América Central y del Sur, dejando a miles de personas varadas en el lado mexicano de la frontera.
La postura de México ante las medidas migratorias de Trump
La presidenta Claudia Sheinbaum especificó que México solo recibirá a deportados mexicanos, a pesar de que la mayoría de los migrantes actuales son venezolanos y centroamericanos. A pesar de ello, dijo que su gobierno brindará asistencia humanitaria a los migrantes deportados de otros países antes de repatriarlos.
Esta postura contrasta con la política adoptada durante la primera administración Trump, cuando México aceptó recibir deportados de otras nacionalidades a cambio de evitar aranceles sobre sus exportaciones.