El presidente Javier Milei alista los detalles del discurso que brindará en la apertura de la Asamblea Legislativa que protagonizará el próximo sábado, y tiene en mente la idea de cerrar la jornada con una cena en Casa Rosada con sus funcionarios más cercanos, pero sin la presencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Según supo la agencia Noticias Argentinas, el mandatario convocará al Gabinete completo al término de la ceremonia en el Congreso, y al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, pero prescindirá de la presencia de la Vicepresidenta, con quien mantiene una relación tensa desde principio de mandato.
Si bien se volverán a ver después de meses en la inauguración de la sesiones ordinarias que encabezará el libertario, cuando la propia titular del Senado sea la encargada de recibirlo como dicta el protocolo, en Casa Rosada prometen que se limitarán a “mantener un trato protocolar” y la prefieren lejos del festejo.
El agasajo se dará como síntesis de la jornada, luego de que Milei haga uso de la palabra ante los legisladores e invitados, y se celebrará con los mismos que fueron convocados a la Quinta de Olivos el pasado 27 de diciembre para cerrar año.
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De esta forma, se espera la presencia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y de los ministros Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano), Mariano Cúneo Libarona (Justicia), Gerardo Werthein (Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto), Mario Lugones (Salud), Luis “Toto” Caputo (Economía), Federico Sturzenegger (Desregulación y Transformación del Estado) y Luis Petri (Defensa).
La invitación se extenderá además a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; al asesor presidencial, Santiago Caputo; y al vocero, Manuel Adorni.
La ausencia de Villarruel es explicada por los convocantes tras argumentar que el convite alcanza solo al Gabinete, pero la presencia de Martín Menem contradice el justificativo.
Lo cierto es que el binomio presidencial se distanció tras la asunción al poder y su vínculo atravesó una serie de idas y vueltas a lo largo de la gestión, que escaló a su punto máximo cuando el mandatario sostuvo que su compañera de fórmula «en muchas cosas está más cerca de la casta».