Riquelme al equipo Boca. Viajó con el plantel. Generó una revolución en la previa. Firmó autógrafos, se sacó fotos con los hinchas. Se reencontró con Ñol Solano. Fue visitado por el Kaiser Zambrano. Fue saludado por Hernán Barcos, el delantero de Alianza Lima, que mostró su admiración por él. Todo eso hizo Juan Román Riquelme en Perú. Pero tras el partido, el presidente xeneize mostró todo su enojo con el equipo por la actuación y derrota en el choque de ida: «Fuimos un desastre», les tiró, visiblemente enojado y disconforme.
Sí, Román no dejó pasar esta durísima derrota de Boca y les hizo saber a los jugadores su disconformismo con el resultado en general y con el rendimiento en particular. Por eso, tras el partido, habló con el plantel y les dejó un fuerte mensaje, ya que entendió que como máxima autoridad del club no podía soslayar una actuación así. Sobre todo en el regreso del Xeneize a la Copa Libertadores, tras un año de ausencia. «Estaba re caliente», le dijeron a Olé.
Román se mostró muy decepcionado con el nivel de Boca y también con la actitud con la que el equipo afrontó el partido. Por eso, no anduvo con vueltas. Y tiró una frase bien futbolera y contundente. Pero además, también les habló sobre la importancia que significa para el club la revancha del próximo martes, y los alentó, a su manera, a revertir el resultado conseguido en Lima, para pasar a la Fase 3.
El presidente también reprochó el espíritu con el que el equipo jugó un partido de Libertadores que Boca esperó más de un año. Y que no estuvo a la altura del club. Román, en ese sentido, habló de que la Copa exige otro compromiso y otra entrega, algo que no vio como hubiese esperado. Sobre todo, a partir del gol que el equipo recibió desde el arranque: a los 4 minutos de partido, a partir de un lateral y con la guardia baja.
La crítica de Riquelme al equipo no deja afuera al técnico. Es cierto que no le apuntó directamente, pero al fin de cuentas, si cuestiona el nivel por carácter transitivo también el reproche es para su conductor, para el encargado del armado, de la estrategia, de la táctica.
Sin embargo, lo que trascendió más allá de ese mensaje directo al plantel es que Román y su Consejo están preocupados por las continúas lesiones musculares que viene sufriendo el plantel y que generaron varias bajas. Entienden que hay una responsabilidad directa del cuerpo técnico, en cómo fue dosificando las cargas y los minutos de los jugadores.
Es decir, hay un cuestionamiento interno cada vez más fuerte sobre la planificación de Gago en ese sentido, que claramente ha diezmado el potencial del equipo tras un mercado de pases que, entienden Román y Cía, que estuvo a la altura de todo lo que pidió el entrenador y de lo que necesitaba el equipo para competir a otro nivel.
Pues entonces, hay que leer este mensaje como la primera grieta entre Riquelme y el DT. Que se materializó en estas horas con el reclamo explícito del presidente al plantel, pero que viene desde hace un tiempo, puertas adentro en el búnker de Ezeiza.
Por todo, el partido del próximo martes trasciende el partido de vuelta, que hacen a su vida institucional, que ponen en juego el futuro incluso del entrenador, dada esta circunstancia.
Porque si Boca no pasa a la Fase 3, se queda también (y otra vez) sin copas internacionales este año, ya que no tendría ni el consuelo de la clasificación a la Sudamericana. Y eso, el club, no se lo puede permitir.