YPF inició tareas. La petrolera continúa con el plan exploratorio en la cuenca Austral, en la provincia de Santa Cruz. Si bien el primer pozo arrojó bajos resultados productivos, desde ámbitos técnicos aclararon que la meta es profundizar en el estudio de la zona y evaluar el potencial productivo de los recursos no convencionales en la vecina provincia.
Tras cerrar el primer pozo no convencional en la formación Palermo Aike, con resultados de 85 % de agua y sólo 15 % de hidrocarburos, el bajo rendimiento productivo fue catalogado por YPF como parte de la “curva de aprendizaje”, ya que también en Vaca Muerta, más de una década atrás, los primeros resultados fueron exiguos.
En ese marco, fuentes cercanas a la operadora dejaron entrever que uno de los ejes principales de la estrategia exploratoria pasa por expandir el conocimiento ‘no convencional’ hacia otras regiones del país, lo que involucra tanto a las áreas del sur santacruceño como a los proyectos de Mendoza.
En ese marco, pudo saberse que el ensayo del pozo Maypa.x-1 (p+h) demandó tres meses de operación y significó el trabajo de un equipo técnico altamente calificado de geocientistas, geólogos operativos e ingenieros, según se comentó en el sector, “con tecnología única que permitió perforar el primer pozo piloto vertical con una rama horizontal de la cuenca Austral.”
Aunque desde el punto de vista de la producción los resultados no fueron los esperados, sobre todo ante la expectativa que se genera con “la hermana menor de Vaca Muerta”, como se bautizó al activo de Santa Cruz, la exploración permitió conocer una formación nueva, como también los desafíos que plantea la perforación en esa región.
También se enfatizó que no son los mismos objetivos cuando el proyecto es exploratorio, en comparación a un plan de producción. “Los proyectos no fracasan porque pueden dar mal desde el punto de vista de producción”, indicaron desde ámbitos de la industria, al destacar que la compañía ahora tiene el conocimiento para avanzar en lo que se quiera hacer en el futuro.
La prospección sísmica es una herramienta de investigación poderosa, ya que con ella se puede inspeccionar con buena resolución desde los primeros metros hasta varios kilómetros de profundidad. Así, para la sísmica profunda se utilizan fuentes de energía muy potentes (camiones vibradores) capaces de generar ondas elásticas que llegan a las capas profundas del subsuelo, mientras que para la sísmica superficial se utilizan martillos de impacto, rifles sísmicos y explosivos de baja energía.