Aunque estas organizaciones permanecen inactivas desde el bombardeo estadounidense, el Gobierno israelí desplegó un operativo masivo de seguridad e inteligencia para evitar un nuevo atentado.
El Gobierno israelí se encuentra en alerta máxima por temor a posibles atentados de Hamas, Hezbollah y los hutíes, grupos terroristas financiados por Irán. Aunque estas organizaciones se mantuvieron inactivas en los últimos días, el recuerdo del ataque del 7 de octubre de 2023 —autorizado por el líder supremo iraní Ali Khamenei y ejecutado por Hamas con apoyo de Hezbollah y los hutíes— mantiene en vilo al gobierno de Benjamín Netanyahu.
Aquel ataque dejó cientos de muertos, heridos y secuestrados en Israel y cambió para siempre la política de defensa del país.
Tras los recientes bombardeos de Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán, Israel activó su dispositivo de defensa e inteligencia más sofisticado. Satélites norteamericanos, drones israelíes, espías del Mossad y agentes de Shin Bet monitorean en tiempo real los movimientos de estas milicias en Gaza, Cisjordania, Líbano y Yemen.
“Estamos en máxima alerta. No podemos permitirnos otro 7 de octubre”, reveló a Infobae un alto asesor del primer ministro.
La vigilancia se extiende también a las calles: en Jerusalén y Tel Aviv, las fuerzas de seguridad patrullan de forma constante, las actividades públicas fueron suspendidas y los centros educativos probablemente permanezcan cerrados.
Netanyahu y su círculo íntimo deliberaron durante cinco horas tras los ataques estadounidenses en Natanz, Fordow e Isfahan. Uno de los escenarios más temidos era un ataque coordinado de Hamas, Hezbollah y los hutíes, pero por ahora ese escenario no se materializó.
Aunque Israel logró debilitar a las tres organizaciones con ofensivas militares previas —Hamas en Gaza, Hezbollah en Líbano y los hutíes en Yemen—, los especialistas aseguran que aún conservan cierto poder de fuego.
El presidente Donald Trump reiteró su respaldo incondicional a Israel, y puso a disposición los recursos militares e inteligencia del Pentágono. Mientras tanto, Irán mantiene silencio estratégico, pero no se descarta que ordene una ofensiva a través de sus grupos aliados.
“Si Irán da la orden, haremos nuestro análisis militar. Por ahora, estamos atentos, pero no vemos un movimiento inminente”, concluyó el asesor israelí.
A medida que cae el sol sobre Jerusalén, el silencio en las calles refleja una calma tensa. Israel sabe que la guerra con Irán y sus proxies apenas comienza, y está dispuesto a responder con fuerza.