El gobierno de Brasil aún no ha tomado una decisión sobre la reacción a la ofensiva de amenazas de Estados Unidos y continúa apostando a algún tipo de negociación que revierta la crisis.
Choque Brasil y EE.UU. “La cautela se explica, no debe haber una sobrerreacción, si alguien comete un error esto se puede ir de las manos”, le dice una fuente diplomática a Clarín. La noción en Planalto, la sede del Ejecutivo de Luiz Inácio Lula da Silva, es que se está interactuando con un «actor imprevisible y megalomaníaco». Según informa: Carín
“Brasil es el único caso, aparte de ilegal, de un país contra el cual se usan los aranceles como arma”, afirma el diplomático en relación a la demanda de Donald Trump para que la Justicia abandone “inmediatamente” el proceso por golpismo contra el ex presidente Jair Bolsonaro.
EE.UU. amenaza con aranceles del 50 % y crece la tensión por el caso Bolsonaro
Washington amenaza con gravámenes de 50% contra la potencia sudamericana desde el 1 de agosto si no obedece la demanda norteamericana. Aunque el gobierno se beneficia políticamente con esta crisis, los diplomáticos de Itamaraty afirman que se busca no dañar la previsibilidad de la economía de Brasil que definen como capitalista.
“Desde ya no vamos a hacer lo que él hizo con los aranceles indiscriminados, lo que se discutirá no son medidas absurdas de aranceles de 50 por ciento”. No descartan, sin embargo, que la Casa Blanca amplifique la presión con aún mayores medidas. “Trump sobreactúa, se sobrevalora y cree que puede involucrarse en cuestiones internas de otros países ignorando que hay independencia de poderes, pero no puede ser subestimado”, añaden.
En Brasilia, otros funcionarios consultados por este diario señalan que entienden que el presidente norteamericano “tomó como algo personal” la decisión de la Corte Suprema de colocar una tobillera electrónica a Bolsonaro y limitarle sus movimientos, incluso el acceso a embajadas por el riesgo de fuga, el uso de las redes y contacto con su hijo Eduardo, radicado en EE.UU. y a cargo del lobby en su defensa.
Estados Unidos anunció las sanciones contra los jueces del Supremo en la noche del mismo día en que el Tribunal amplió las medidas restrictivas contra el exmandatario.
Sugestiva estadía en la embajada de Hungría
The New York Times reveló el año pasado que Bolsonaro durmió en la embajada de Hungría, un país aliado, dos noches en febrero de 2024, en un aparente intento de obtener asilo después de que la policía le confiscara el pasaporte como parte de la investigación criminal.
Posteriormente, Bolsonaro se negó a explicar su estancia en la embajada, primero alegando que se debía a reuniones nocturnas y luego bromeando, diciendo que tenía una amante allí, consignó ese medio. Ese dato está presente en la investigación, señalan las fuentes a Clarín.
El gobierno abordó la decisión que tomó la Corte y no es claro si hubo acuerdo o alguna incomodidad con esas medidas. Lula no quiere que el ex presidente reùna argumentos para victimizarse, señalan las fuentes consultadas. “La Corte hace lo que considera necesario más allá de otras cuestiones técnicas o políticas y hay que respetarlo”, dijo el diplomático.
Choque con EE.UU. fortalece la imagen de Lula y su plan de reelección
El conflicto ya ha mejorado la imagen de Lula da Silva que ha vuelto a señalar un deseo de buscar la reelección el año próximo. Se beneficia, además, de la mala reputación de Trump en el país y la actitud agresiva de Washington. El diario conservador Estadao en un editorial defendió la actuación de la Corte, cuestionando con dureza al ex presidente.
“La decisión del juez Alexandre de Moraes, del Tribunal Supremo, de imponer una serie de medidas cautelares a Jair Bolsonaro, incluyendo el uso de una tobillera electrónica, está bien fundamentada tanto fáctica como jurídicamente”, afirmó.
“Existe abundante evidencia de que el expresidente incitó al gobierno estadounidense a coaccionar a Brasil, mediante la amenaza de sanciones y aranceles, para que suspendiera el proceso contra él y sus allegados, acusados de conspirar para un golpe de Estado”, agregó.
El diario calificó como “extorsión” la acción norteamericana y remarcó que “en su carta más reciente sobre el asunto, Trump volvió a calificar a Bolsonaro de «perseguido» y exigió el cese inmediato del proceso en su contra. «Esto constituye una injerencia externa inaceptable en los asuntos internos de Brasil”, concluyó.