La Subsecretaría de Recursos Acuáticos y Pesca dispuso el cierre preventivo de tres subáreas de pesca de langostino ante el alto porcentaje de captura incidental de merluza.
La medida, que busca proteger los juveniles de merluza, afecta directamente a la flota comercial y entra en vigencia desde el 17 de septiembre.
Detalles técnicos del cierre preventivo
Según los informes técnicos, en las Subáreas 12, 14 y 15 del Área de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (AVPJM) se registró que la relación merluza/langostino superó el 20%, límite establecido por la Resolución CFP Nº 9/2022. Este indicador biológico obliga al cierre inmediato para preservar la sostenibilidad de ambos recursos pesqueros.
Las zonas que permanecen habilitadas
La flota langostinera nacional ahora concentra sus operaciones exclusivamente en cuatro zonas específicas. Las Subáreas N° 4, 7, 8 y 11 son las únicas que mantienen su habilitación para la pesca comercial de langostino tras los cierres preventivos. No obstante, esta situación podría cambiar rápidamente. Las autoridades pesqueras emitieron un alerta claro: el ingreso masivo de merluza hubbsi a estas áreas no da tregua.
De mantenerse esta tendencia biológica durante las próximas semanas, la Subsecretaría de Pesca no descarta implementar nuevos cierres incluso antes del 30 de septiembre. La sostenibilidad del recurso langostinero y la protección de los juveniles de merluza continúan siendo la máxima prioridad para los organismos de control.
La flota pesquera argentina debe así prepararse para posibles cambios regulatorios inmediatos que responden estrictamente a criterios científicos de conservación.
Impacto en la flota y perspectivas
Se analiza la posibilidad de ordenar el «cierre de despachos» de embarcaciones durante la primera semana de octubre, lo que permitiría a la flota permanecer en zona de pesca una o dos semanas adicionales antes de regresar definitivamente a puerto. Esta decisión marca un contraste con propuestas anteriores que sugerían extender la temporada hasta noviembre o diciembre, demostrando que los ciclos biológicos de los recursos marinos imponen sus propias reglas. La información oficial fue extraída del medio Parte de Pesca.