El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado mediante sus redes sociales la designación formal de Antifa como «una organización terrorista importante».
La decisión, comunicada el miércoles 17 de septiembre de 2025, marca un punto de inflexión en el abordaje gubernamental contra este movimiento descentralizado.
Los antecedentes de la decisión presidencial
Trump ha acusado repetidamente a esta red de activistas de izquierda radical de incitar violencia en el país. Según información oficial de la Casa Blanca, el mandatario vinculó a Antifa con los disturbios de 2020 tras la muerte de George Floyd y más recientemente con el asesinato del activista conservador Charlie Kirk en Utah, ocurrido el 10 de septiembre.
Los desafíos legales de la designación
Expertos en derecho constitucional habían advertido previamente sobre las complejidades jurídicas de esta medida. Antifa carece de una estructura jerárquica definida, funcionando como una red descentralizada que aglutina diversos grupos activistas con ideologías que van desde el anarquismo hasta el anticapitalismo, lo que dificulta su identificación como organización unificada.
Implicaciones y próximos pasos
En su cuenta de Truth Social, Trump detalló que su administración investigará «con los más altos estándares legales» a quienes financien a Antifa. El presidente, que se encontraba en viaje oficial en Reino Unido durante el anuncio, afirmó que esta designación busca «proteger a los ciudadanos» y que cualquier acción violenta atribuida al movimiento será tratada con todo el peso de la ley. La información sobre este significativo anuncio fue confirmada por el medio DW.