La comunidad conservacionista está de luto. «Huasi», un cóndor andino que había sido reintroducido en la naturaleza, murió intoxicado por un cebo envenenado en la zona de El Caín, al sur de Río Negro.
El caso, confirmado por análisis oficiales, expone una práctica ilegal que amenaza gravemente a esta especie emblemática.
La trágica muerte de Huasi en la meseta rionegrina
El ejemplar, llamado Huasi, formaba parte del Programa de Conservación Cóndor Andino y había sido liberado con esperanzas en Sierra Pailemán durante el año 2022. Sin embargo, su vida en libertad terminó de manera abrupta. El hallazgo de su cuerpo en la región de El Caín encendió las alarmas. De inmediato, se realizaron los estudios correspondientes para determinar la causa de su muerte.
Carbofurán, el agrotóxico prohibido hallado en su cuerpo
Los resultados del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) fueron contundentes: Huasi murió intoxicado con carbofurán. Este es un agrotóxico de alta toxicidad que se encuentra prohibido en Argentina desde el año 2018. Su uso clandestino en zonas rurales, principalmente para eliminar depredadores como pumas o zorros, tiene un efecto devastador y no selectivo, acabando con toda la fauna que entra en contacto con el cebo.
Una investigación en marcha y un patrón alarmante
Ante este hecho, que constituye un delito ambiental, se presentaron denuncias formales ante el Ministerio de Ambiente de Río Negro, el COFEMA y la UFIMA. Las autoridades trabajan de manera conjunta para esclarecer los hechos y dar con los responsables. Lamentablemente, este no es un caso aislado. La muerte de Huasi se asemeja a la de «Yastay», otro cóndor envenenado en 2023, lo que revela un patrón alarmante que pone en riesgo la supervivencia de la especie.
Un llamado urgente a la concientización
Desde la Fundación Bioandina Argentina y el Programa Conservación Cóndor Andino hicieron un llamado urgente. Reiteraron que el uso de venenos es una de las principales amenazas para el cóndor, un animal en peligro de extinción. Además, enfatizaron la necesidad de que la comunidad rural y toda la ciudadanía reporte de inmediato cualquier situación sospechosa a las autoridades competentes para prevenir nuevas tragedias.
La pérdida de Huasi es un golpe doloroso para la biodiversidad argentina. Su historia no solo enciende una luz de alarma sobre las prácticas ilegales que persisten, sino que también refuerza la imperiosa necesidad de fortalecer los controles, aplicar la ley y promover la educación ambiental para proteger a un símbolo vivo de los Andes. Información extraída del medio Radio3.