El médico William Li, formado en Harvard, reveló que los primeros minutos después de despertar son cruciales para establecer prácticas que impactan directamente en la longevidad.
Pequeños hábitos matutinos como retrasar el uso del celular y realizar actividad física ligera pueden mejorar significativamente la salud a largo plazo.
Ritual matutino flexible y personalizado
Li enfatiza que la rutina no debe ser rígida sino adaptable, sugiriendo elegir dos o tres acciones viables que puedan mantenerse en el tiempo. Entre las principales recomendaciones se destacan: levantarse con intención definida para evitar la inercia del sueño, limitar el contacto inmediato con el teléfono móvil para preservar la claridad mental, y esperar aproximadamente una hora antes de ingerir alimentos sólidos para prolongar el ayuno nocturno.
Alimentación y movimiento consciente
El especialista recomienda tomar café solo, sin azúcar ni leche, para aprovechar los beneficios de la cafeína y el ácido clorogénico sin interrumpir el ayuno. La actividad física ligera con estiramientos o movimientos suaves ayuda a mejorar la circulación y oxigenar el cerebro. Según estudios citados por Li, estas prácticas pueden enlentecer el desgaste celular y preservar la salud de los telómeros.
Prácticas complementarias adaptables
La flexibilidad es clave: se pueden incorporar otras acciones como exposición a luz solar para regular ritmos circadianos, respiración consciente, meditación, lectura o duchas frías. Lo importante es que cada persona elija las prácticas que mejor se ajusten a su realidad y las mantenga con constancia, priorizando siempre el equilibrio entre cuerpo y mente.
Estos hábitos matutinos, sostenidos consistentemente, actúan como refuerzo natural para la longevidad mejorando la función cognitiva, el rendimiento físico y fortaleciendo procesos internos vinculados al metabolismo y la regeneración celular. Información extraída del medio C5N.