La tensión en Independiente no cesa y un nuevo conflicto estalló en torno a la decisión dirigencial de reemplazar a Puma por Atomik como sponsor oficial a partir de 2026.
La medida desató críticas internas y una fuerte reacción de los hinchas, que llamaron a una autoconvocatoria en la sede de Avellaneda.
El presidente Néstor Grindetti resolvió romper el vínculo con Puma, marca internacional de gran peso, para sellar un contrato con Atomik desde el 1 de enero de 2026. Según trascendió, el acuerdo se extendería por seis años con un ingreso apenas superior al de Puma: unos 100 mil dólares adicionales por año.
Para gran parte de la dirigencia y los hinchas, el monto no justifica dejar atrás una marca global por otra de menor presencia. La noticia, publicada por LA17, generó un inmediato rechazo.
Críticas opositoras y tensiones internas
La oposición, encabezada por Luciano Nakis (Lista Roja y protesorero de AFA), calificó el convenio como “deplorable” y cuestionó especialmente la duración. “Ningún contrato debería exceder un mandato. Si nos toca conducir el club analizaremos los compromisos que hipotecan el futuro y los disolveremos”, afirmó.
El clima se enrareció aún más tras la filtración de un audio atribuido al periodista Renato Della Paolera, en el que se acusa al directivo Daniel Seoane de haber negociado “por afuera” con Atomik. En la grabación se lo vincula personalmente con los dueños de la marca y se lo señala de marginar al área de Marketing en la discusión.
Hinchas movilizados y reclamo de transparencia
En este marco, los socios reclaman mayor transparencia y participación en decisiones estratégicas. La autoconvocatoria de esta noche, a las 19 en Avenida Mitre, busca enviar un mensaje claro a la conducción de Grindetti: la decisión de reemplazar a Puma por Atomik no cuenta con respaldo social.
La crisis institucional vuelve a golpear al club de Avellaneda, donde los intereses económicos y las disputas internas parecen imponerse sobre la estabilidad deportiva.
Un club en busca de rumbo
Mientras la dirigencia intenta cerrar filas, el descontento de la hinchada marca un nuevo capítulo de conflicto en la vida política de Independiente. La ruptura con Puma y la llegada de Atomik se convirtieron en un símbolo de la falta de consenso en un club que atraviesa tiempos turbulentos.