Más de 100.000 soldados participan en Zapad, con misiles, aviones y tropas en frontera con la OTAN.
La tensión geopolítica escala tras la inédita participación de India e Irán en los ejercicios militares Zapad, liderados por Rusia y Bielorrusia. El despliegue incluyó armamento de última generación y movimientos cerca de la frontera europea, generando alerta internacional.
Una inédita alianza militar en el escenario global
Por primera vez, India e Irán se unieron a las maniobras militares organizadas por Moscú y Minsk. Según confirmó el presidente Vladímir Putin, el operativo movilizó a 100.000 efectivos, reforzando alianzas estratégicas fuera de Europa.
Junto a ellos también participaron tropas de Bangladés, Burkina Faso, Congo y Malí, en una clara señal de ampliación de vínculos militares hacia África y Asia.
Objetivo: preparar respuesta ante “agresión externa”
El Ministerio de Defensa ruso explicó que el entrenamiento apunta a preparar una respuesta ante una “potencial agresión contra el Estado de la Unión”, en referencia a la alianza militar entre Rusia y Bielorrusia.
India envió 65 integrantes del Regimiento Kumaon en Mulino, mientras que Irán reforzó su presencia como parte de la cooperación militar y tecnológica que viene consolidando con Moscú en el marco del conflicto en Ucrania.
Armamento de alto impacto y despliegue en la frontera
Durante las prácticas se realizaron pruebas de misiles hipersónicos Zircon y balísticos Oreshnik, vuelos de bombarderos nucleares Tu-160 sobre el mar de Barents, maniobras en el mar Báltico y operaciones defensivas con blindados y drones.
En Bielorrusia, cerca de 7.000 soldados y aviones militares realizaron ejercicios cerca de Polonia, Lituania y Letonia, encendiendo las alarmas en la OTAN.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, denunció que uno de los escenarios incluía la simulación de una operación sobre el “corredor de Suwałki”, un paso estratégico entre Bielorrusia y Kaliningrado, y anunció el despliegue de 40.000 soldados polacos en la frontera.
Reacción internacional y mensaje de Moscú
El presidente bielorruso Alexander Lukashenko aseguró que los entrenamientos incluyeron armas nucleares tácticas, aunque afirmó que no existe intención de amenazar a terceros países.
En paralelo, observadores de Estados Unidos, Turquía y Hungría estuvieron presentes en parte de los ensayos, mientras que la OTAN calificó la operación como un movimiento de presión militar y política.
Al cierre, Putin remarcó que Rusia profundizará la cooperación militar con países no alineados con Occidente para reforzar la capacidad estratégica del bloque.
La información fue extraída de Radio 3 Cadena Patagonia, que reflejó el alcance global de los ejercicios militares.
Las maniobras Zapad no solo exhiben poderío militar, sino también un giro geopolítico hacia nuevas alianzas con Asia y África, consolidando la estrategia de Moscú frente a Occidente.