La central obrera afronta internas entre el ala dialoguista y la combativa, mientras busca definir una nueva conducción tras las elecciones nacionales.
El próximo 5 de noviembre, la Confederación General del Trabajo (CGT) elegirá a sus nuevas autoridades en el Congreso convocado en Obras Sanitarias. La cita llegará apenas diez días después de las elecciones nacionales y en un clima marcado por las diferencias internas entre quienes apuestan al diálogo con el Gobierno y quienes prefieren un perfil confrontativo.
Según TN , la definición pondrá fin al actual triunvirato integrado por Héctor Daer, Octavio Argüello y Carlos Acuña. Aún no está claro si se mantendrá un esquema colegiado ampliado para contener a todas las facciones o si la central obrera optará por un secretario general único.
Los nombres en disputa
Entre los candidatos que suenan con más fuerza aparece Cristian Jerónimo (Sindicato del Vidrio), considerado el representante del sector dialoguista y con buenos vínculos tanto con el Gobierno como con el moyanismo y los gastronómicos.
Otro dirigente con aspiraciones es Jorge Sola (Seguro), actual vocero de la CGT, mientras que Maia Volcovinsky (Judiciales) se consolidó como la figura femenina con mayor respaldo interno.
Del lado combativo, Abel Furlán (UOM) logró sumar apoyos de gremios industriales y del transporte, planteando que la central debe confrontar de lleno con la gestión libertaria. A su vez, Omar Maturano (La Fraternidad) insiste en un mando unipersonal.
El moyanismo, por su parte, podría inclinar la balanza apoyando nuevamente a Octavio Argüello, actual integrante del triunvirato y hombre de confianza de Hugo Moyano.
El telón de fondo político
Las elecciones del 26 de octubre serán clave para el reacomodamiento sindical. Una eventual victoria de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires fortalecería al ala combativa, mientras que un escenario favorable para el oficialismo podría dar aire a los dialoguistas.
El vínculo con el Gobierno nacional es uno de los puntos de mayor fricción. Héctor Daer advirtió que “no hay CGT dialoguista porque nadie del Gobierno dialoga” y criticó el plan económico oficial al señalar que “las empresas valen la mitad de lo que valían hace dos años”.
El desafío de alcanzar la unidad
Aunque el objetivo declarado es llegar con una conducción unificada al Congreso de noviembre, las diferencias estratégicas y el reparto de poder mantienen en vilo a la central obrera. La disyuntiva entre confrontar o tender puentes con el Gobierno marcará el rumbo de la nueva etapa de la CGT.