La Patagonia cerró agosto con una inflación de 2%, por encima del 1,9% nacional, y confirmó nuevamente que la región atraviesa un escenario más complejo que la media del país.
Según el informe difundido por el INDEC, la variación interanual llegó al 37,1%, más de tres puntos por encima del promedio, lo que refleja un impacto sostenido sobre la economía de los hogares.
El acumulado de los primeros ocho meses del año alcanzó 20,8%, también en el rango más alto entre las regiones medidas.
La inflación en Patagonia volvió a superar el promedio nacional y los servicios presionan aún más
El factor que más empuja los precios es el aumento de los servicios, que en agosto subieron 2,7% y acumularon un 67,8% en un año, muy por encima del 52,4% nacional.
Este incremento se explica principalmente por los ajustes en vivienda, educación, transporte y salud, rubros que forman parte esencial del presupuesto familiar.
La presión de los servicios se hizo sentir con fuerza, mientras que los bienes, como alimentos o vestimenta, mostraron una dinámica más moderada.
Dentro del detalle por divisiones, la educación fue la que más subió en agosto con un 7,6%, seguida por bebidas alcohólicas y tabaco con 4,2% y transporte con 3,8%.
También se registraron incrementos en vivienda, agua, electricidad y combustibles con un 2,8%, mientras que restaurantes y hoteles subieron 1,8%.
En cambio, el rubro prendas de vestir y calzado tuvo un aumento de solo 0,3%, en línea con una tendencia distinta a otras regiones donde incluso se verificaron bajas.
El análisis por categorías muestra que los precios regulados treparon 3,1% y alcanzaron un 46,3% interanual, lo que confirma el impacto de las tarifas de servicios públicos y combustibles en la región.
El IPC núcleo avanzó 1,8% en el mes y 37,8% en doce meses, mientras que los bienes estacionales, como frutas y verduras, apenas se movieron 0,8%.
Esta combinación evidencia que la inflación patagónica tiene un componente más estructural ligado a servicios que a productos de consumo estacional.
Los bienes registraron un incremento mensual de 1,7% y un interanual de 27,7%, frente al 2,7% y 67,8% de los servicios, lo que marca una brecha cada vez más evidente.
Este desfasaje demuestra que la mayor presión inflacionaria en la Patagonia no proviene de los productos básicos de almacén, sino de aquellos gastos que resultan imposibles de evitar y que afectan la vida cotidiana, como el transporte público, los alquileres o la educación privada.
El informe también difundió precios de referencia que permiten dimensionar las diferencias regionales. La carne picada común alcanzó en promedio 9.958 pesos por kilo, el valor más alto del país, mientras que el pollo entero se ubicó en 4.200 pesos y el litro de leche en 1.777.
La docena de huevos llegó a 4.692 pesos, la papa se pagó a 1.341 y el pan francés alcanzó los 3.421 pesos por kilo. En paralelo, productos de limpieza como el detergente líquido de 750 cc se vendieron a 3.610 pesos, el precio más elevado registrado en todo el país.
Estas cifras confirman que la región patagónica es una de las más caras para los consumidores argentinos, no solo por la inflación general sino también por los valores absolutos de productos básicos.
El costo del transporte y la logística, sumado a una estructura de precios distinta a la de otras regiones, contribuye a profundizar la brecha y a generar un impacto directo sobre el poder adquisitivo de los hogares.
La combinación de servicios más caros, alimentos que se ubican en el rango más alto del país y rutas deterioradas que encarecen la distribución, consolidan un escenario difícil para las familias del sur.
El informe resalta que la presión inflacionaria no se detiene y que la Patagonia mantiene una dinámica propia, con aumentos que se sostienen incluso cuando otras regiones muestran cierta moderación.