Las calles de Lima son nuevamente escenario de fuertes protestas. Un movimiento impulsado por la Generación Z, que comenzó rechazando una reforma previsional.
Ha sumado a otros sectores de la sociedad y ahora desafía directamente al gobierno de Dina Boluarte y al Congreso, clamando por un cambio estructural.
¿Por qué protesta la Generación Z en Perú?
La información, según el análisis de BBC Mundo, indica que el descontento es multifacético. La chispa inicial fue una reforma del sistema de pensiones que obligaba a los trabajadores independientes a aportar, limitando sus retiros anticipados. Esto generó un inmediato rechazo en una juventud que desconfía de la clase política. Sin embargo, los reclamos rápidamente escalaron.
Los jóvenes, principalmente estudiantes y quienes se incorporan al mercado laboral, expresan una frustración profunda con las limitaciones económicas y un creciente autoritarismo del gobierno. Omar Coronel, experto en Movimientos Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, señala que existe un «gran rechazo a la presidenta Boluarte y sus aliados en el Congreso».
Un movimiento que se expande: más allá de los jóvenes
Lo que comenzó como una convocatoria espontánea y digital ha trascendido. A las marchas se han sumado colectivos de transportistas, hartos de la inseguridad y las extorsiones que sufren a diario. Según sus gremios, decenas de conductores han sido asesinados en los últimos meses. Esta alianza con otros sectores golpeados por la crisis podría convertir las protestas en un problema mayor para el Ejecutivo.
Además, se ha manifestado un fuerte rechazo a la Ley de Amnistía que beneficia a militares y policías acusados de crímenes durante el conflicto contra Sendero Luminoso y el MRTA, lo que agrava la sensación de impunidad y conecta el malestar actual con heridas históricas.
Símbolos globales y una inspiración internacional
Las protestas peruanas no son un caso aislado. Los manifestantes han adoptado símbolos globales de la Generación Z, como la bandera de la calavera de «One Piece», un emblema de lucha contra la opresión que también fue visto en las movilizaciones de Nepal. Expertos como Ramiro Escobar confirman que los sucesos en países como Nepal o Indonesia han servido de inspiración, mostrando a los jóvenes peruanos que la movilización puede lograr cambios incluso en contextos difíciles.
¿Qué piden y qué futuro espera?
Aunque inicialmente el objetivo central era la derogación de la reforma previsional, las exigencias han crecido. Ahora, en las calles se pide explícitamente la destitución de la presidenta Dina Boluarte y una reforma profunda del país. El gobierno, por su parte, ha optado por una estrategia de silencio público, mientras la represión policial—que ha incluido agresiones a periodistas y manifestantes—amenaza con avivar aún más los ánimos.
El futuro del movimiento es incierto. Si bien aún no alcanza la masividad que derrocó a Manuel Merino en 2020, la incorporación de nuevos actores sociales y la profunda impopularidad del gobierno sugieren que la crisis política en Perú está lejos de apaciguarse. Los jóvenes exigen un cambio y prometen no ceder. información extraída del medio BBC.