A pocos días de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, el panorama social y económico es devastador. Los ingresos de los hogares no paran de caer y el deterioro del poder de compra se hace aún más evidente cuando se aplican las ponderaciones de la nueva canasta de gastos que el INDEC mantiene guardada en un cajón.
Según cálculos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), desde noviembre de 2023 el salario mínimo perdió un 32,5% de su poder de compra, mientras que las remuneraciones promedio cayeron 5,5%. Si se mide con el “IPC reponderado”, la pérdida real casi se duplica y alcanza al 9,1%.
Salarios pulverizados y paritarias a la baja
De acuerdo DiarioLasHeras. El informe detalla que la devaluación y la posterior disparada de precios del inicio del gobierno de Milei generaron una caída inédita en los salarios reales. Aunque la inflación bajó en los meses siguientes, el Ejecutivo frenó las paritarias y alentó subas muy por debajo de los precios. En junio de 2025, el salario real registrado quedó 5,5% por debajo del nivel que tenía al inicio de la gestión.
La brecha es aún mayor entre sector público y privado: los trabajadores estatales perdieron hasta 17,6% de su poder adquisitivo, mientras que en el sector privado la caída fue del 4,4%, según la metodología actualizada.
El ajuste oculto del INDEC
El INDEC tiene listo el nuevo índice de inflación desde fines de 2024, pero el Gobierno decidió postergar su publicación hasta fines de 2025, siguiendo una recomendación del FMI. Con el “IPC viejo”, se disimula el derrumbe del consumo; con el nuevo, la dimensión del ajuste se vuelve inocultable.
Endeudamiento y dobles empleos: la salida desesperada
El deterioro obliga a los hogares a sobrevivir como pueden. Entre noviembre de 2023 y julio de 2025, los préstamos a familias crecieron más de 60% en términos reales y ya representan el 8% de los recursos disponibles. Al mismo tiempo, casi uno de cada diez trabajadores debió sumar un segundo empleo para sostener su nivel de vida, cuando antes de Milei el promedio era del 7,5%.
Un salario mínimo de miseria
Hoy el salario mínimo real es incluso más bajo que durante la crisis de la Convertibilidad y gran parte de los años ‘90. Según CIFRA, si no hubiera sufrido el derrumbe de la última década, debería superar los $740.000. En cambio, millones de trabajadores dependen de changas, deuda y asistencia familiar para llegar a fin de mes.