En la Casa Rosada se vive un clima de entusiasmo tras el anuncio del swap de US$20.000 millones realizado por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
El Gobierno argentino considera el acuerdo como un paso clave para reforzar las reservas y consolidar una alianza estratégica con Washington, en vísperas del encuentro entre Javier Milei y Donald Trump, previsto para el próximo martes en la Casa Blanca.
Según TN, los funcionarios nacionales calificaron la intervención de Estados Unidos en el mercado cambiario como una clara muestra de “poder de fuego”, ya que la operación se ejecutó a través de varios bancos internacionales.
Un acuerdo bajo la supervisión norteamericana
Fuentes oficiales admiten que la comunicación y ejecución del acuerdo fueron definidas directamente por los equipos técnicos estadounidenses.
Desde el Ejecutivo argentino reconocen que los detalles técnicos del swap —como plazos y tasas— se mantendrán en reserva hasta la reunión bilateral en Washington.
“Ellos te sientan y te dicen qué es lo que van a hacer. No hay mucho margen”, confió una fuente de la Casa Rosada.
Mientras tanto, los miembros de la mesa política oficialista trabajan para alinearse con las expectativas de Estados Unidos, que incluyen la reducción de la influencia china en el país y la reanudación del diálogo con aliados occidentales.
Estados Unidos busca limitar la presencia china
El asesor de Trump, Barry Bennett, expresó a TN que “hay mucha tecnología china en territorio argentino más allá del swap”.
Entre los proyectos que generan preocupación en Washington figuran el Radio Telescopio Chino-Argentino (CART), en San Juan —cuya construcción fue suspendida— y la base china en Neuquén, establecida en 2012 mediante un acuerdo de cooperación espacial por 50 años.
En el Gobierno argentino aseguran que existe una definición política para cancelar el swap chino una vez que se efectúe el canje de monedas con el Tesoro norteamericano y se “den todas las condiciones necesarias”.
Nuevas señales de cooperación militar con EE.UU.
En paralelo, el Ejecutivo busca profundizar la cooperación militar con las fuerzas armadas estadounidenses.
Fuentes oficiales confirmaron que treinta efectivos de la Guerra Especial Naval (NSW) llegarán el 20 de octubre a Argentina para realizar ejercicios conjuntos en las bases de Ushuaia, Mar del Plata y Puerto Belgrano.
La colaboración incluirá asistencia técnica y operativa para la construcción de la base naval integrada en Ushuaia, una obra considerada estratégica para ambos países.
Un cambio de rumbo geopolítico
El acuerdo con Estados Unidos marca un giro en la política exterior argentina, que busca distanciarse de la dependencia china y fortalecer la relación con Washington.
El Gobierno apuesta a que este respaldo económico y militar consolide la estabilidad financiera y la confianza internacional en el país.