Scott Bessent tiene conexiones con Argentina que revelan su influencia en el esquema financiero oficial.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, emergió como figura clave en el respaldo financiero que EE. UU. brindó recientemente a Argentina. Según Perfil, Bessent proviene del mundo de los macro traders de Wall Street y su rol en las negociaciones revela vínculos con operadores históricos.
Bessent construyó su trayectoria como director de inversiones del Fondo Soros entre 2011 y 2015, y luego fundó el fondo Key Square Group, desde donde manejó operaciones globales complejas. En ese ámbito realizó apuestas contra el yen japonés y otros mercados emergentes, dejando ganancias millonarias.
El respaldo norteamericano al gobierno libertario coloca a Bessent como interlocutor decisivo en el plano financiero argentino, y su llegada al escenario local reaviva las conexiones entre capitales globales y operadores locales con raíces compartidas.
Aliados locales: Elsztain, Caputo y la mesa de traders
La nota de Perfil destaca que Bessent retoma vínculos antiguos entre George Soros y Eduardo Elsztain. En los noventa, Soros apoyó con fondos a IRSA, la empresa inmobiliaria de Elsztain. En sus archivos figuran participaciones cruzadas y estructuras offshore compartidas.
Dentro del gobierno argentino, varios nombres fortalecen el puente con Wall Street: Luis “Toto” Caputo (ex JP Morgan), Santiago Bausili (ex JP Morgan y hoy presidente del BCRA), José Luis Daza, y Demian Reidel (titular de Nucleoeléctrica), todos relacionados con redes financieras globales.
La influencia financiera en el gabinete sobresale en un modelo donde las decisiones monetarias dependen más de mesas de dinero que de estructuras productivas. El riesgo es que los operadores impongan agendas propias a la política económica.
Riesgos y señales de dependencia
El gobierno de Milei decidió rodearse de operadores financieros más que de expertos en producción. Esa apuesta busca asegurar acceso a dólares más rápido, pero expone a la economía argentina a los intereses externos.
Uno de los ejemplos más polémicos fue eliminar las retenciones agrícolas, una medida celebrada internamente, pero que generó críticas en Washington y afectó la relación de Argentina con mercados internacionales. Además, la presencia de Bessent como mediador técnico genera preocupaciones sobre la independencia económica del país.