Mercado cambiario argentino muestra fuga masiva del peso pese al rescate estadounidense.
Los argentinos siguen deshaciéndose del peso, convencidos de que ni siquiera un rescate estadounidense podría evitar una nueva devaluación. El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ha intervenido comprando moneda local, calificándola como “infravalorada” y considerando ampliar el rescate hasta US$40.000 millones mediante un acuerdo privado con bancos internacionales.
«Los anuncios de Bessent tienen rendimientos marginales decrecientes: cada uno dura cada vez menos», dijo Ezequiel Asensio, gestor de carteras de Valiant Asset Management. “El mercado no cree a Bessent, ni siquiera con el efectivo que está poniendo”.
A pesar de estas acciones, los residentes continúan vendiendo pesos masivamente, apostando a que el presidente Javier Milei permitirá que la moneda se deprecie después de las elecciones legislativas del 26 de octubre. Esto se produjo tras dispararse los tipos de interés a corto plazo al 157%, una medida que extrae pesos del sistema financiero y amenaza con sacudir una economía históricamente volátil.
Retroceso del peso y expectativas electorales
Tras un repunte inicial durante la semana del 22 de septiembre, el peso argentino retomó su caída frente al dólar, perdiendo valor en casi todas las sesiones desde el 29 de septiembre.
La confianza en EE.UU. se vio afectada cuando Donald Trump indicó que retiraría su apoyo si Milei sufría una derrota electoral, en un intento de influir en la votación a favor de la presidenta argentina.
La especulación sobre un posible desvío de la agenda de libre mercado de Milei se intensificó luego de que su partido sufriera un duro revés en elecciones locales en Buenos Aires el mes pasado. Esto aceleró la salida de pesos que comenzó meses antes y que ya provocó compras netas de US$18.000 millones en los cinco meses hasta agosto, aproximadamente US$400 por cada residente, según cifras del Banco Central.
Demanda constante de dólares y riesgo de devaluación
Los bancos han reportado demanda sostenida por parte de empresas y particulares que buscan dólares. Los ahorradores compran alrededor de US$300 millones diarios, según fuentes del mercado que pidieron anonimato, según Bloomberg Línea.
El Tesoro estadounidense no ha divulgado el alcance de sus intervenciones, que han provocado retrocesos temporales del peso. Sin embargo, los operadores han aprovechado esos momentos como oportunidades para vender.
“No hay suficientes dólares en el país para hacer frente a la fuga de capitales que se producirá”, dijo Lucio Arrocha, estratega de StoneX, subrayando que la devaluación parece inevitable y que solo resta determinar si se intensificará tras una derrota de Milei.
Comparaciones históricas y advertencias
La estrategia de los argentinos recuerda la intervención inicial de Bessent en su carrera en la empresa de fondos de cobertura de George Soros en 1992, cuando la libra británica cayó frente al dólar.
“Todos los argentinos, inversores y analistas creen que el tipo de cambio en Argentina tiene que ajustarse y que no habrá actividad económica mientras las tasas y el tipo de cambio sigan donde están”, señaló Javier Timerman, socio gerente de AdCap Grupo Financiero.
El peso se percibe sobrevalorado porque no ha ajustado lo suficiente frente a la elevada inflación del país, actualmente en torno al 12% desde abril. Esto genera contracción del crédito y eleva el costo de los préstamos locales. El miércoles, el gobierno logró refinanciar menos de la mitad de la deuda en moneda local que vencía, con rendimientos por encima del 100%.
El rescate estadounidense, que incluyó una línea de canje de US$20.000 millones, busca proporcionar liquidez en dólares y dar tiempo para mantener el statu quo, pero no ofrece una solución duradera.
“Esto no puede durar mucho más”, concluyó Miguel Kiguel, ex secretario de Finanzas argentino. “La gente sigue pensando que la intervención dura hasta las elecciones, y después nadie sabe cómo continuará”.