Un operativo en Río Gallegos que dejó siete detenidos encendió las alarmas en los organismos de seguridad nacionales.
El hallazgo de cocaína con sello internacional y autos adulterados confirma que el narcotráfico avanza en la Patagonia, transformando el sur del país en un corredor estratégico para el ingreso y distribución de drogas a pequeña escala.
Narcotráfico con sello internacional: la Patagonia bajo sospecha
El procedimiento, impulsado por la Policía Federal y supervisado por el Juzgado Federal de Río Gallegos, apunta a determinar si la banda local formaba parte de una red internacional. Los investigadores detectaron envoltorios de cocaína con el sello “Los Delfines del Perú”, marca que también apareció en decomisos recientes en Chubut y Río Negro.
La repetición de este sello refuerza la hipótesis de que los grupos criminales sudamericanos utilizan el sur argentino como corredor alternativo para el tráfico de drogas, aprovechando la amplitud geográfica y el bajo control en zonas rurales. Según informó LU17, el caso generó especial preocupación en las fuerzas federales.
Más controles en rutas y pasos fronterizos
Ante la creciente actividad narco, la Policía de Santa Cruz y las fuerzas federales intensificaron los operativos sobre las rutas nacionales, especialmente la Ruta 3, y en los accesos a las localidades costeras. Los controles también se extendieron a los pasos fronterizos con Chile, considerados puntos vulnerables para el ingreso de droga.
En el caso de Río Gallegos, los detenidos operaban desde barrios periféricos y usaban canales digitales para acordar entregas, lo que les permitía mantener un flujo constante de clientes. Las tareas de inteligencia revelaron que parte de la distribución se realizaba a través de servicios de mensajería informal o “delivery” simulado, modalidad que dificulta la detección de las operaciones.
La expansión del narcomenudeo preocupa a las autoridades
El fenómeno del narcomenudeo se ha extendido en ciudades medianas de la Patagonia, donde la falta de recursos y la lejanía geográfica complican la respuesta de las fuerzas. Río Gallegos, Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn aparecen como puntos clave dentro del circuito patagónico, desde donde se redistribuyen cargamentos hacia el interior y la cordillera.
Los investigadores detectaron una tendencia creciente en el consumo y la circulación de estupefacientes. En barrios urbanos, la venta de pequeñas dosis de cocaína y marihuana se volvió más frecuente, reflejando una expansión sostenida del mercado local. Los recientes operativos muestran que las organizaciones criminales diversifican sus métodos, combinando importaciones ilegales con producción local de marihuana.
Un llamado a la acción conjunta
El avance del narcotráfico en la Patagonia obliga a las fuerzas federales a reforzar la cooperación entre provincias. Las autoridades consideran urgente implementar una política de control más amplia y sostenida, capaz de frenar el crecimiento del delito en una región históricamente ajena a los grandes circuitos del narcotráfico.
Los expertos advierten que, de no intervenir con rapidez, el sur argentino podría consolidarse como una nueva frontera narco, con consecuencias graves en materia social y de seguridad.




