La salud, un lujo para los jubilados argentinos.
La crisis económica golpea sin piedad el bolsillo de los jubilados, y uno de los sectores más afectados es el de la salud y los medicamentos. Cada vez más personas mayores deben abandonar tratamientos o reducir las dosis de fármacos esenciales ante la suba constante de precios.
Según informó ADNSUR, los testimonios recogidos en distintas entrevistas reflejan una realidad alarmante: los jubilados optan por comprar solo los remedios “imprescindibles” para enfermedades crónicas, mientras dejan de lado aquellos que mejoran la calidad de vida pero no son vitales.
De ocho medicamentos a cuatro: los testimonios del ajuste
“Si no me ayuda mi hija, no puedo comprar los medicamentos que tomo. De ocho, ahora pasé a cuatro. Dejé los que eran para el dolor”, relató una jubilada en diálogo con Radio Rivadavia. Su historia representa a miles de adultos mayores que deben elegir entre alimentarse o tratarse.
Otro testimonio refleja la misma desesperanza: un jubilado decidió dar de baja su prepaga para recortar gastos, aunque su esposa —que padece una enfermedad crónica— tuvo que mantener el plan por necesidad médica. “Ella no puede dejar los tratamientos, pero sin ayuda sería imposible”, explicó.
Los tratamientos más afectados y el rol del PAMI
Los antiartrósicos, flebotónicos y analgésicos son los primeros en desaparecer de las listas de compra. Son fármacos que alivian el dolor o mejoran la circulación, pero no se consideran vitales. “La gente prefiere soportar el dolor antes que gastar lo que no tiene”, señalaron desde el sector farmacéutico.
La ayuda del PAMI, junto con reintegros de obras sociales o el apoyo familiar, se convirtió en el único sostén para continuar con tratamientos básicos. “Sin esos descuentos, sería imposible”, confesaron varios jubilados.
Cabe recordar que la Justicia Federal ordenó al PAMI cubrir al 100% los medicamentos esenciales, un fallo que busca aliviar la carga económica de los adultos mayores en todo el país.
Un gasto que se lleva gran parte del ingreso mensual
Aun con descuentos, los precios resultan inalcanzables. Un hombre entrevistado aseguró que su obra social cubre el 60%, pero igual debe destinar más de $160.000 mensuales para sostener su tratamiento. “Con la mínima, es impagable”, expresó.
Otro jubilado destacó que solo puede mantenerse al día porque no paga alquiler y su prepaga le cubre el 70% de los remedios. “Si tuviera que pagar vivienda, no podría seguir los tratamientos”, admitió, mostrando cómo el acceso a una vivienda propia se transforma, literalmente, en un factor de supervivencia.
La salud en jaque: cuando el dolor se normaliza
El deterioro del poder adquisitivo llevó a que muchos naturalicen el dolor o la falta de medicación. En los hogares de jubilados, hablar de medicamentos se volvió sinónimo de sacrificio y resignación.
La crisis de los remedios desnuda un problema estructural: la brecha entre los ingresos y el costo de la salud, una distancia que se amplía mes a mes y deja a los adultos mayores frente a un dilema injusto: curarse o comer.




