Vera Vigevani de Jarach, símbolo de la lucha por los derechos humanos e histórica integrante de Madres de Plaza de Mayo, falleció a los 97 años. La noticia fue confirmada por Taty Almeida, presidenta de Madres Línea Fundadora.
Según informó Taty Almeida a través de un comunicado oficial difundido por WhatsApp, «las Madres tenemos el dolor de comunicar que acaba de fallecer nuestra amada compañera Vera Jarach». La presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora describió el profundo pesar que embarga a la organización ante la pérdida de una de sus integrantes más emblemáticas.
Una vida marcada por la lucha y el exilio
Vera Jarach había llegado a Argentina en la década de 1930, huyendo del fascismo italiano que se imponía en Europa. Esta experiencia temprana con la persecución política marcó su vida, que décadas después volvería a enfrentarse con la violencia estatal cuando su única hija, Franca Jarach, fue desaparecida por la última dictadura militar argentina.
La búsqueda eterna de su hija Franca
Hasta sus últimos días, Vera mantuvo viva la memoria de su hija Franca y la búsqueda incansable de verdad y justicia. En el comunicado, Almeida destacó que el corazón de las Madres «no nos da fuerza para detallar ahora lo que fue su vida cargada de valores y con el firme compromiso de trabajar la mejor Memoria y, a través de ella, procurar Verdad y Justicia para su preciosa hija Franca, hija de todas nosotras».
El legado de una luchadora incansable
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora describieron a Vera como una compañera «inteligente, culta y alegre tantas veces y en silencio algunas otras». En su mensaje de despedida, afirmaron: «Hermana, eres parte nuestra y estarás en cada paso nuestro y de quienes nos sigan. La sonrisa de Franca será siendo la bandera de innumerables jóvenes».
El compromiso que trasciende generaciones
La vida de Vera Jarach representa el coraje de quienes enfrentaron dos de los totalitarismos más crueles del siglo XX: el fascismo en Europa y la dictadura militar en Argentina. Su legado perdura no solo en la lucha por los derechos humanos, sino en la transmisión de la memoria a las nuevas generaciones, asegurando que los crímenes de lesa humanidad no queden en el olvido. Información extraída del medio C5N.