Durante cada jornada electoral en Argentina, el Código Nacional Electoral establece una serie de restricciones destinadas a garantizar un clima de orden y convivencia
Entre ellas, una de las más relevantes es la prohibición de portar armas, una medida que busca evitar conflictos entre simpatizantes de diferentes partidos y asegurar el desarrollo pacífico de los comicios.
Según información de Noticias Argentinas, esta disposición se encuentra en el artículo 71 del Código Nacional Electoral (CNE), y tiene una razón histórica profundamente ligada a la estabilidad democrática del país.
Un resguardo histórico de la convivencia política
La normativa fue diseñada para prevenir enfrentamientos y actos de violencia durante los procesos electorales, especialmente en contextos donde las pasiones políticas suelen intensificarse.
Expertos en derecho electoral, como el politólogo Miguel De Luca, sostienen que la prohibición de portar armas se complementa con otras restricciones —como la de realizar actos partidarios cerca de los centros de votación o la venta de bebidas alcohólicas—, medidas que buscan “favorecer un clima de reflexión y tranquilidad ciudadana”.
Alcance de la prohibición y sanciones
La ley establece que la portación de armas está prohibida desde 12 horas antes del inicio de los comicios (sábado a las 20 horas) y hasta tres horas después de su finalización (domingo a las 21 horas).
Quienes incumplan esta disposición pueden enfrentar sanciones. De acuerdo con el artículo 128 del Código Electoral, se prevé prisión de hasta 15 días o una multa económica para las personas que violen la prohibición sobre el uso de armas, banderas o distintivos partidarios durante el período electoral.
Un compromiso ciudadano con la democracia
Más allá del cumplimiento de la ley, esta medida refleja un consenso social sobre la importancia de mantener la paz y la seguridad durante una de las instancias más significativas de la vida cívica: la elección de los representantes.
El respeto por las normas electorales es, en última instancia, una expresión del compromiso ciudadano con la convivencia democrática.




