Rusia lanzó una nueva ofensiva de gran envergadura contra infraestructuras energéticas críticas en varias regiones de Ucrania durante la madrugada del jueves.
Los ataques con misiles y drones afectaron gravemente las regiones de Kiev, Zaporiyia y Dnipropetrovsk, provocando apagones generalizados y causando la muerte de un niño de siete años.
Las regiones más afectadas por los bombardeos
El ataque se concentró en infraestructuras críticas del sistema energético nacional, con impactos directos en las regiones de Kiev, Zaporiyia y Dnipropetrovsk. En la región de Zaporiyia, el bombardeo causó la trágica muerte de un niño de siete años, según confirmaron las autoridades locales. Los servicios de emergencia trabajaron intensamente para controlar incendios y asistir a la población afectada por los cortes en el suministro eléctrico y de gas.
La combinación de misiles y drones
La ofensiva utilizó una combinación de misiles de crucero y drones kamikaze de fabricación iraní para alcanzar sus objetivos. Esta táctica mixta permitió a las fuerzas rusas superar las defensas antiaéreas ucranianas y causar daños significativos en instalaciones clave para la generación y distribución de energía. Según la información reportada por la agencia Reuters, los bombardeos dejaron a miles de ciudadanos sin acceso a servicios básicos en plena aproximación del invierno.
Los daños en el sistema energético ucraniano
El Ministerio de Energía de Ucrania confirmó que varias centrales eléctricas sufrieron daños directos durante el ataque. Los equipos de emergencia trabajan a contrarreloj para restablecer el suministro en las zonas afectadas, aunque las autoridades advirtieron sobre posibles interrupciones prolongadas debido a la complejidad de las reparaciones requeridas. La situación se ve agravada por el constante riesgo de nuevos ataques contra la infraestructura energética.
La estrategia rusa ante la llegada del invierno
Estos bombardeos forman parte de la estrategia rusa de focalizar sus ataques en infraestructuras eléctricas mientras se acerca el invierno, buscando debilitar la resistencia ucraniana mediante la privación de servicios esenciales. La ofensiva se produce en el contexto de una campaña sistemática que Rusia mantiene desde que invadió Ucrania en febrero de 2022, priorizando objetivos energéticos durante los meses más fríos del año. Información extraída del medio El Mundo.