El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, reclamaron un endurecimiento de los controles marítimos contra la llamada “flota fantasma” rusa, compuesta por buques que evaden sanciones internacionales para sostener los ingresos de Moscú.
El planteo se realizó en la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en Copenhague, que reunió a 47 líderes del continente.
Durante el encuentro, Macron recordó la reciente operación de Francia sobre el petrolero Boracay, interceptado en la costa atlántica bajo bandera de Benín. El mandatario explicó que la acción buscaba determinar si el barco funcionaba como plataforma de envío de drones. La intervención culminó con la detención del comandante y su segundo, acusados de irregularidades en la identificación del navío.
“Cuando interceptamos estos barcos, rompemos la organización de esta flota. Esto es clave para aumentar la presión sobre Rusia y permitir que Ucrania recupere territorio”, subrayó el presidente francés.
Starmer pide intensificar controles
Por su parte, el primer ministro británico coincidió en la necesidad de reforzar operaciones militares y costeras contra los buques que continúan transportando petróleo y derivados a pesar de las sanciones internacionales.
Starmer destacó que estas acciones buscan limitar las fuentes de financiamiento de Moscú, al tiempo que contribuyen a los esfuerzos europeos por mantener la seguridad regional y respaldar la resistencia ucraniana.
La estrategia de la “flota fantasma”
Los barcos implicados suelen cambiar de nombre y bandera varias veces, estar registrados en paraísos fiscales y apagar sus transpondedores en altamar para realizar transferencias de carga sin control portuario.
Según informes citados por la prensa internacional, el Boracay también estaría vinculado a vuelos de drones que afectaron el tráfico aéreo en Dinamarca en septiembre, lo que refuerza la preocupación sobre sus operaciones encubiertas.
Con estas medidas conjuntas, Francia y Reino Unido buscan desarticular el comercio ilegal de crudo que financia la maquinaria bélica rusa y consolidar la presión internacional contra Moscú.