Veterinarios de Comodoro advierten por el avance de la erlichiosis canina.
La preocupación crece en Comodoro Rivadavia tras el aumento de casos de erlichiosis canina, una enfermedad bacteriana transmitida por garrapatas y que, según veterinarios locales, está afectando gravemente a perros y también, de manera inusual, a gatos. La situación encendió las alarmas en clínicas veterinarias y en organizaciones que trabajan por el bienestar animal. Según informó El Comodorense.
Una enfermedad silenciosa que avanza rápido
La veterinaria Fernanda García Chahín, en diálogo con FM La Petrolera, explicó que la erlichiosis puede manifestarse en etapas aguda, subclínica o crónica. Esto vuelve complejo su diagnóstico temprano, ya que muchos animales no presentan síntomas claros hasta que la infección está avanzada.
“Estamos viendo un número elevado de casos y muchos perros llegan muy comprometidos”, señaló la profesional, quien advirtió que esta bacteria —Ehrlichia canis— se propaga a través de la picadura de garrapatas infectadas.
Garrapatas en perros… y ahora también en gatos
Uno de los puntos que más llamó la atención de García Chahín es el aumento de garrapatas en felinos, algo que históricamente era poco frecuente en la ciudad. Este comportamiento evidencia, según explicó, un escenario más agresivo en la proliferación del parásito.
Las altas temperaturas y los días ventosos, característicos de Comodoro, favorecen la reproducción de insectos y parásitos que permanecen escondidos en patios y terrenos durante los meses fríos.
Síntomas que alertan a las familias
Muchos tutores no consultan específicamente por erlichiosis, sino porque perciben cambios notables en sus mascotas: decaimiento, falta de apetito, sangrados nasales u oculares, pérdida de peso o, simplemente, que el animal “ya no es el mismo”.
Los estudios de laboratorio suelen ser los que finalmente orientan el diagnóstico. Según la veterinaria, hoy la enfermedad está “súper presente” en la práctica diaria.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Letargo y cansancio permanente
- Anorexia o rechazo a la comida
- Pérdida de peso
- Cojeras
- Sangrados espontáneos
- Infecciones asociadas por debilitamiento inmune
Cómo se contagia y por qué puede ser tan peligrosa
La bacteria se transmite cuando una garrapata alimentada con sangre de un perro enfermo pica luego a otro animal sano. El período de incubación ronda los diez días.
En su fase crónica, la infección puede afectar órganos vitales: bazo, riñón, ganglios linfáticos y células sanguíneas. Sin tratamiento, puede desencadenar fallas orgánicas graves e incluso la muerte.
Existen tratamientos antibióticos específicos, pero la profesional insistió: “La prevención es la mejor herramienta”.
La crisis económica y una realidad que se potencia
Consultada sobre el impacto de la situación económica, García Chahín manifestó que muchas familias demoran las consultas o el uso de antiparasitarios por su costo. Esa demora, remarcó, aumenta el riesgo de complicaciones.
“Muchos ponen la pipeta recién cuando ven a la mascota llena de garrapatas, pero en ese punto ya existe riesgo de infección”, expresó.
Recomendó, al menos, mantener patios limpios, cortar el pasto y utilizar insecticidas o productos diluibles para reducir la presencia de parásitos.
Un riesgo que también alcanza a los hogares
La veterinaria advirtió que garrapatas y otros parásitos pueden trasladarse al interior de las viviendas, alojarse en paredes y rincones y afectar también a las personas, especialmente en una zona donde el viento mueve tierra constantemente.
Por esto insistió en controles regulares y en mantener a los parásitos “en niveles bajos”, sin esperar a que el animal esté muy comprometido para actuar.
Vacunación en retroceso y enfermedades que vuelven
Otro punto crítico que mencionó García Chahín es la caída en la vacunación debido a los costos. Esto está permitiendo el regreso de enfermedades que estaban casi erradicadas, como el moquillo, lo que complica aún más el panorama sanitario de las mascotas.
Un llamado a la tenencia responsable
La profesional cerró con un mensaje firme: ser tutor responsable implica mantener al día la prevención, los controles y la vacunación. “La pipeta, las vacunas y el control de parásitos no son opcionales”, subrayó. “De esto depende la calidad de vida y, muchas veces, la supervivencia de nuestros animales”.




